Pasó una nueva fecha en la que Instituto no ganó y desaprovechó resultados ajenos. No es fácil mirar atrás y dejar de lamentarse por los puntos perdidos en los últimos 3 partidos, que tranquilamente nos hubieran devuelto a la punta en lugar de estar en una posición expectante. A falta de 2 fechas para terminar el torneo, y a sólo 2 puntos del ascenso directo, las ilusiones andan escaseando; y es que de nada sirve que los de arriba pierdan sus partidos si Instituto no es capaz de ganar en partidos claves.
El partido con Quilmes no fue uno más. Se perdió de local, en una cancha que durante todo el año había sido "un fuerte". Desde el principio, Instituto demostró que quería ganar el partido. Viendo la forma de hacer tiempo del rival y sabiendo que el empate tampoco le convenía, ¿habrá venido solamente a tratar de sacarle puntos a Instituto y se encontró con un triunfo?
A diferencia de otros partidos, en los que se les criticó a los jugadores que salían dormidos y/o faltos de carácter, en este encuentro esto no ocurrió. Salieron casi desesperados a encontrar rápido el gol que trajera calma y el control del partido, pero nunca llegó. Así fue que entraron en el juego que propuso la visita, trabar mucho y jugar poco, y el primer tiempo se fue en un aburrido recital de faltas claras de los visitantes que el árbitro nunca cobró.
El segundo tiempo fue más emotivo. Después de correr sin sentido toda la primera parte, los jugadores de Instituto entendieron que podían generar peligro simplemente jugando. Luego de desperdiciar jugadas muy claras, llegaron los goles visitantes en un par de contras rápidas en donde se mezclaron virtudes ajenas y errores propios, que derrumbaron toda esperanza y transformaron las ganas en necesidad. El resto del partido fue ir para adelante por inercia, sin ideas, y chocar contra las propias limitaciones.
Se perdió el partido que no se debía perder (si es que hay alguno que se pueda perder), pero sabiendo lo impredecible de este deporte y lo parejo de este torneo, en que cualquiera puede ganar y perder con cualquiera, las chances siguen estando. Habrá que ganar sí o sí estos 2 últimos partidos para lograr lo que hoy parece un milagro.
La única buena: se compraron los pases de Videla y Chiarini; por fin una buena del lado de la dirigencia.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO GLORIOSO
