Aunque nos hirieron el orgullo, nos lastimaron de una forma tremenda, nos dieron piñas por todos lados. Maduró el knock out muchas veces, pero nos la bancamos. Un año tremendo. ¿Duro? Durísimo! Inaguantable. Insostenible. Increíble. Imposible.
Nos bancamos jodas del futbolero, está bien. De amigos también. Pero también de desconocidos, de giles, de mujeres que no saben ni que es el fulbo. De esos que se enteran de las cosas por el “noticioso” y hacen el chiste idiota pensando que son “piolas” o ingeniosos. Todo eso nos bancamos y más.
Nos bancamos jodas del futbolero, está bien. De amigos también. Pero también de desconocidos, de giles, de mujeres que no saben ni que es el fulbo. De esos que se enteran de las cosas por el “noticioso” y hacen el chiste idiota pensando que son “piolas” o ingeniosos. Todo eso nos bancamos y más.
Jugar contra equipos sin tribunas, o luces, sin saber de qué color es la casaca o quién juega de enganche o ni siquiera saber de qué provincia es cada equipo. Equipos y jugadores que “salvaban” el año sacándole un mísero empate al Millo. Jugar contra tipos que saben que capaz es su única chance de salir en el diario o ser vendido a un equipo mejor. Todo eso a costa de River. Y eso hace las cosas difíciles.
Sin embargo, con todas en contra, esta campaña volvimos a estar contigo. Porque el hincha se las bancó todas. Porque al Monumental, yo voy por River, yo voy por la camiseta, porque esos colores que llevas son parte de la enfermedad, de la que nunca me voy a curar. Y ya les demostramos lo que es River en las malas, no alcanzan las tribunas, no alcanzan las entradas (ni los canjes) que puedan hacer que dejemos de ir.
Clausuraron la cancha. Cerraron tribunas. Sin embargo, siempre ahí y debe ser porque yo te quiero, no me importa nada, te vengo a alentar. Las pasiones son así, no se pueden explicar. No se pueden entender.
No puedo dejar destacar (aunque lo hice en todas mis notas anteriores) a Fernando Cavenaghi y al Chori Domínguez. Volvieron, por ser hinchas del Millo y sacarnos de esa fea situación. Ni que hablar de David Sergio Trezeguet. Cuando llego era una incógnita, pero se terminó metiendo en el corazón del hincha y siendo titular indiscutido a fuerza de goles importantes. También a Ponzio que volvió. Todos vinieron resignando plata por River. Los pibes del club se la bancaron y sumaron: Cirigliano, Ocampos, los Mellis FM, Keko, Chichi , G,Pires, Pezzela y Abecasis.
Fueron 363 días que ningún hincha de River querrá recordar. Pero 363 días para no olvidar. Algunos dicen que para salir del fondo, primero hay que llegar bien abajo, hasta el piso, y ahí, recién ahí, juntar fuerza, tomar impulso para poder salir y llegar de nuevo a ser lo que se fue.
¿Festejos? Tal vez. En mi caso lo definiría como: Desahogo, emoción, alivio… sacarse ese peso de encima y poder decir que volvimos al lugar de donde nunca debimos habernos ido.
Ahora, el gigante se levantó de nuevo, tengan cuidado, pidan piedad, volvió el más grande, ¡VOLVIÓ RIVER PLATE!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MILLONARIO
