No pude viajar a Córdoba, pero mi grito debe de haberse oído hasta el estadio Kempes. Un gol denso, cargado de mucha tensión: Había que cortar la racha y escapar del promedio ganándole de visitante a Belgrano, equipo que mandó a River a la B, empató con Boca y le ganó a Velez. Un gol denso, el del triunfo, el que convirtiera Gio, quien fuera amenazado con un arma de fuego. Un gol que fue la rúbrica de una distinguida actuación y el certificado de tranquilidad para el colombiano y su familia. Mal nos pese, de no haber jugado bien, la paranoia lo habría carcomido hasta mirar bajo la cama antes de dormir… pero no podía “borrarse”. Esto explica porqué Zubeldía decidió a último momento ubicarlo en lugar del mimado Fariña. Pues, en este caso, ponerlo de titular fue respaldarlo, cuidarlo. Era la opción menos mala ante la enfermiza agresión perpetrada por un sicario del lado oscuro de la luna de Avellaneda. 

Y este daño colateral parte de calamidades añejas: En el siglo I antes de Cristo, los políticos romanos concibieron un plan para ganar votos de pobres: regalar comida barata y entretenimiento, pues esta política de "pan y circo" sería la forma más efectiva de subir al poder. Dicha costumbre de emperadores romanos de regalar trigo y entradas para juegos circenses mantenían al pueblo ajeno a las aberraciones políticas. Pasaron dos mil años. Nada cambió. Los políticos siguen comprando el voto de los pobres y explotando subvenciones de poderosos. El multimillonario mundo fútbol no permanece ajeno a esta corrupción. Pero, ya no existe esclavitud ni jaula de leones y cuando siembran vientos recogen indómitos tornados. Cuando se otorga mucho poder es difícil controlarlo y los feudos concedidos reclaman tronos. Cuando se piden “favores” mafiosos, la recíproca acaba en tragedia. No es necesario ser vidente, vengo anticipándolo, caía de maduro. Empero, esto no ocurre sólo en Racing; Otros facinerosos de la hinchada granate asesinaron a un hincha granate de veintiún años. Y el que amenazó a Gio fue un “hincha” de Racing. Sí, ya sé, en cuestiones políticas espinoso es mantenerse al margen (hasta para administrar consorcios). Esta maquinaria funciona desde antes de que fulano asuma. Si fulano se planta, le hacen la vida puta o se la arrebatan. 

Lo irónico de todo esto es que, seguramente, quien amenazara a Gio debe de decir: “Funcionó”. Y sí… la reacción de cualquier ser humano ante amenaza de muerte es prodigiosa e inesperada: También podía haber hecho un brote paranoico o dejado el fútbol (no es la primera vez que ocurre en Racing). 

Ahora bien, regresando al partido: Fue soporífero, pero intuyo que es la única manera de jugarle al Belgrano de Zielinski: esperándolo, aburriéndolo, reculando para abrir espacios. Esta versión académica me hizo recordar al frugal Racing del Cholo (con el atenuante que ya no están Yacob ni Teo). Zubeldía advirtió (así como me diera cuenta no hace mucho) que a estos muchachos hay que gritarles los noventa minutos porque son sordos y se duermen (iluso de mí, pensé que el Cholo era un histérico). 

Saja volvió a colocarse el traje de Superhéroe. Zuccu recuperó el nivel y Pillud mejoró ostensiblemente. Pelletieri impecable. Y repito: muy buen partido del colombiano, quien debió jugar con fuego… y jugó con fuego sagrado. Pero, en este juego piro maníaco, tarde o temprano, alguien termina chamuscado. Y muchos ya tienen quemada la cabeza.