CREER O REVENTAR
Si algo está claro es que la Copa Libertadores nadie te la va a regalar. Vas a tener que salir a poner la cara y solamente te la vas a llevar si sos el más guapo, porque si dudás te volvés a tu casa con las manos vacías.
Y Boca salió a la cancha agrandado, porque venía con una victoria abajo del brazo, no era por goleada, no era contundente, pero era una victoria. Yo ya te gané, ahora vení y ganame vos, si podés...
Lo que no estaba en los planes era que a los quince minutos se iba a comer flor de piña, un golpe fulminante, inesperado. El negrito que le pega, el rebote en la barrera y a buscarla adentro del arco. Boca acusó el
impacto, quedó desequilibrado, moribundo, sin reacción. Y agarrate, ante el desequilibrio evidente, el Flu siguió tirando manotazos, lo puso al xeneize contra las cuerdas, arrinconado ahí, cerca de Orión. Se aguantó la embestida, como se pudo, hasta que sonó la campana del primer round.
La lógica decía que los locales lo liquidaban en el segundo asalto. Pero acá no hay lógicas, esto es una cuestión de fe. Boca tomó aire, juntó fuerzas y salió a bancar la parada. Sin sentirse cómodo, sin poder desplegar todo su repertorio, logró emparejar un poco las acciones. La defensa cumplía; el medio trataba de hacer equilibrio de alguna forma; Riquelme estaba rodeado y no podía desplegar su magia; y arriba Cvita y Silva se chocaban por el medio y daban claras muestras de lo que les está costando compartir el ataque. Promediando la segunda mitad entró Mouche, que sigue demostrando estar en un gran momento. Y, quizás un poco tarde, pero en forma acertada, Erviti se fue de volante central para cubrir el puesto que a Erbes todavía le queda un poco grande, y le cedió la banda izquierda a Sánchez Miño, esta promesa/realidad que tanto nos hace soñar a los bosteros.
Más allá de los ajustes de tuercas, parecía que no había mucho por hacer. Pero cómo te explico, cómo hago para que me creas que faltando dos minutos Riquelme, que no había podido tocar un fútbol en todo el partido, construyó una pared, encaró por izquierda, y mientras se le venía medio equipo rival encima, en un segundo acarició la pelota con su guante derecho y la puso allá, sí allá, del otro lado, para la llegada de Rivero. Y cómo te digo que el reemplazante de Ledesma, que había jugado un muy discreto partido, apareció como una flecha, dominó rápido y pateó cruzado. Muchos menos podría explicarte cómo un pelotazo a quemarropa lo puede manotear un arquero, pegar en un palo, recorrer la linea y volver a ser cacheteada por el uno, que andaba desparramado por el piso. Y si me creiste todo eso, me vas a tener que creer que el uruguayo ese, el que no derrocha tanto fútbol pero que deja la vida en cada pelota, sí sí, ese, Silva, apareció para empujarla y que yo te diga que Boca Juniors está en las semifinales de la Copa Libertadores de América.
Vas a tener que creer lo que te digo, creeme. Boca esta Copa no la juega, Boca esta Copa la gana.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE