QUEREMOS LA COOOOPA (Y EL CAMPEONATO)
Y sí, vos y yo sabemos que de febrero a junio la obsesión tiene nombre y apellido, se llama Copa Libertadores. A eso nos acostumbramos hace mucho tiempo. El Evangelio según San Carlos reza: "El Torneo Clausura será donado al resto de los equipos para poder conquistar América. Meses más tarde se ganará el Apertura y se viajará a Japón para dominar el mundo".
Pero un día llegó un tal Julio César a La Boca, y de a poco fue construyendo un imperio. Sentó las bases con un campeonato invicto y una racha de más de 30 partidos sin perder. Pero el Emperador tenía una sorpresa guardada, algo que nadie esperaba. A esta
altura del mes de mayo, mientras lucha por América, su Boca, tu Boca, mi Boca, también domina el torneo doméstico.
altura del mes de mayo, mientras lucha por América, su Boca, tu Boca, mi Boca, también domina el torneo doméstico.
Pero dejemos de lado las metáforas y pasemos a describir este momento. El Boca titular se mantuvo en la cima del torneo lo más que pudo para cederle, ahora sí, las riendas del equipo a los pibes, sí, la cantera: Insua, Sánchez Miño, Benavídez, Fernández, Blandi.
Y vaya que se la bancaron, fueron al frente, nunca se vieron superados y en el segundo tiempo, con una gran actuación de los delanteros liquidaron el encuentro. Sí, porque el ataque de Boca era más peligroso que bolso de Teo Gutiérrez. Tanto Mouche, como Blandi y Viatri dieron muestra de su gran nivel.
Pero este humilde escriba quiere volver a remarcar la tarea de Julio César. Un DT que continua siendo vituperado por gran cantidad de gente que lo tilda de defensivo. Ojo, no necesito salir yo en su defensa, ya que los resultados están a la vista y cualquiera que vea los partidos se dará cuenta cómo se meten atrás los rivales y cómo Boca sale a buscar todos los partidos, de local o visitante, en Sarandí o en Brasil. Por eso ayer, de visitante, contra Racing y con un equipo de pibes, salió a jugar la segunda etapa con tres delanteros, a suerte o verdad. Como hace unos días por la Copa. Y no solo eso, sino que se la jugó con la vuelta de Viatri, y Lucas ganó el partido con una genialidad, una Viatriada diría yo. Impresionante. Sin dudas Falcioni cada día interpreta mejor lo que es Boca.
Ojo, no ganamos nada y el camino es muy duro. Pero ahí estamos, peleando por la triple corona, soñando con una utopía que solamente este gigante llamado Boca puede hacer realidad.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE