DECRETO 2104/12: GALLINAS PARA TODOS
Cuando uno, a principios de temporada, agarra el fixture ve el partido contra River en la fecha 30, en el Monumental; uno efectivamente lo acepta como partido perdible conociendo la millonaria diferencia de presupuestos y pensando que ante un plantel en su mayoría muy joven, te pueden hacen pesar la camiseta, la cancha y/o la gente. Lo que uno no se dio cuenta en ese momento (quizás más que nada por ingenuidad) era que también te tiraba arriba el árbitro.
A lo largo de toda la temporada me he cansado de escuchar quejas de hinchas de River de distintos arbitrajes, sobre todo de que Pezzota por un penal los mandó al descenso (al día de hoy parece que todavía no saben que el promedio se cuenta por 3 malas temporadas y no por un partido) y sin embargo del partido contra Instituto sólo han visto que han pateado más y que han jugado mejor, del arbitraje ni hablan, total “son humanos y se pueden equivocar” dicen.
Lo que es cierto es que a todo hincha de Instituto le queda el sinsabor, de que si Maglio se hubiera puesto los huevos al levantarse, a los 30 minutos del primer tiempo ya podría haber estado ganando 1 a 0 y el rival con 10, lo que hubiera planteado un escenario muy distinto y desfavorable para River. Parece que después de la sorpresa de Atlanta nadie de la cúpula quiere más sorpresas.
Al final, redondeando los 90 minutos sí es cierto que el local jugó mejor y pateó más al arco, pero decir que ganó con justicia es hablar de la misma justicia que deja libre a la hiena Barrios. ¿Si al final cómo puede jugar River con presión si el partido ya estaba ganado de antemano en una oficina? River arregla con AFA, cambia Lousteau por Maglio y los sobrios del tablón arreglan con Kristina, total nadie quiere perderse el negocio River. Igual aunque les duela seguimos punteros, aunque la televisación no nos haya mostrado ni una vez copando la bandeja visitante ahí estuvimos, descubriendo esa postal a la que los medios venden como “fiesta” llamada hinchada de River (con qué poco se conforman, ahora me doy cuenta por qué se sorprendían los medios con la gente cuando la selección jugó en Córdoba por la C. América) y allá iremos a Jujuy, a demostrar que estamos vivos aunque por un partido arreglado muchos nos quieran dar por muertos. En fin, la vida es cíclica como decían los mayas, todo vuelve, y por eso se que nos volveremos a encontrar, en la categoría que sea para cobrar una deuda.
PD: Me da mucha gracia que allá por febrero Almeyda se haya quejado del césped alto en la cancha de Alte Brown y la final del Nac. B (como la llamaron ellos) se haya jugado en una playa de arena. Se ve que no les avisaron que el fútbol playa es otro deporte.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO GLORIOSO