La última presentación, frente al indiscutible Vélez, y en su cancha, fue una prueba más de la nítida evolución del Rojo. Si bien no fue descollante ni mucho menos, a los conducidos por Cristian se los vio ciertamente sólidos y compactos frente a uno de los mejores del torneo local. 

Ahora bien, la calma actualidad logicamente es positiva, pero Independiente es un club enorme, gigante y el
director técnico lo sabe por haber defendido el lateral izquierdo, entonces el porvenir obliga a Díaz a estar a la altura de las circunstancias, a duplicar esfuerzos y trabajo y a demostrarle a Racing, con autoridad, la grandeza del Rojo. 

Es verdad que la suerte, o quizás el mal trabajo realizado a nivel físico por el cuerpo técnico anterior, no está de nuestro lado. Los lesionados se suman semana a semana y el último en anotarse fue Hernán Fredes, con un desgarro. Pieza clave en la mitad de la cancha. Tampoco estará Eduardo Tuzzio, por acumular 10 amonestaciones. 

Dos sensibles bajas, claro. Pero previo al cotejo con el Fortín, todos lamentamos la ausencia del Tecla Farías, Gabriel Milito y Patito Rodríguez pero finalmente no se sintieron tanto y el equipo pudo salir adelante con un rescatable empate. 

Entonces ahora, a pesar de las dos bajas mencionadas (además del regreso de Farías, Milito y Patito), podemos confiar en que Cristian Díaz está priorizando la fortaleza de la estructura, tratando de generar una idea e identidad seria para que no se resienta tanto el nivel general a la hora que falte una o más piezas. 

Entonces, confiando en el trabajo realizado hasta aquí, más la incuestionable mejoría que viene evidenciado Independiente, sumado a la jerarquía que suele demostrar frente a los vecinos, y en nuestro estadio, todo indica que el fin de semana, el desafío será superado con creces. 

Por lo menos así lo siento yo. 

ADELANTADO ROJO