REALIDAD
Luego de dos semanas de triunfos y recuperación de la tranquilidad, Independiente recibió una cuota de realismo en Santa Fe y el 0-3 frente a Colón no hace más que confirmar que hay que seguir trabajando intensamente.
Es verdad que desde que asumió Cristian Díaz el Rojo recuperó cierta confianza y actitud (demostrada con 6 puntos en dos partidos), pero claro está que el equipo viene de una época oscurísima, comandada por Ramón, que costará varias semanas enderezar.
No obstante, hay que destacar que en el "Cementerio de Los Elefantes", en el primer tiempo, se pudo apreciar algunas características que el entrenador promueve y prioriza: dinamismo, presencia ofensiva, intentar ejercer el predominio del balón y presión constante. De hecho, culminada la parte inicial, Independiente era claramente superior al Sabalero.
Después, en la segunda parte, el rendimiento comenzó a decrecer y a fuerza de empuje y goles, Colón se impuso notoriamente. Con el correr del cronómetro el Rojo perdió solidez y, sobre todo, se desarmó en defensa. Sin mencionar la infantil expulsión del siempre intrascendente Pellerano.
Pasada la tormenta del director técnico y afianzado Cristian en su puesto, es momento de apoyar y confiar en el hombre del club. Es lógico que el gran rendimiento y los buenos resultados no llegaran inminentemente, sino que hay que darle tiempo al cuerpo técnico joven y de la casa.
No tengo dudas que, a largo plazo, cuando este proceso esté firme y con mucho trabajo en la espalda, Independiente recuperará el protagonismo perdido.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO.
