Uno intenta tener paciencia, hace el esfuerzo, le mete ganas; pero todo tiene un límite y quiero imaginar que es éste. A lo largo de todo un año de competición, sumamos 25 puntos en 33 encuentros.
Quilmes arrastra el lastimoso récord de 5 victorias, 10 empates y 18 derrotas. Durante el Torneo de Transición 2014 fueron 2 ganados, 6 empatados y 11 perdidos; y en lo que va del Torneo de Primera División 2015, llevamos respectivamente 3, 4 y 7. En todo un año sólo 5 triunfos. Bah, sumemos una buena: ganamos un partido por la actual Copa Argentina... pero también perdimos el único que jugamos de la edición pasada, también se suma una mala. En definitiva, numeritos de lado y hablando en criollo, el presente del Cervecero es vergonzoso.
Angustiado por la realidad me surgen, entre otras, varias preguntas. ¿Cuántos partidos más nos van a dar vuelta? ¿Cuántos otros vamos a terminar con al menos un expulsado? ¿Cuántas veces más nos van a hacer 2 goles en 5 minutos o menos? Porque al margen de que haya sucedido consecutivamente contra Gimnasia y San Lorenzo, mentiría mucho si dijera que fueron casos aislados. Y ya que estamos con las preguntas, se me viene a la cabeza algo que me preocupa demasiado: ¿cuándo vamos a recuperar el respeto que por naturaleza los equipos deben imponer de local?
Duele ver que vienen a nuestra cancha y hacen lo que quieren, y los que sufrimos desde afuera ya estamos gastados. No nos entra en la cabeza que entrenen toda la semana en el mismo lugar, se conozcan los puntos fuertes y débiles de su espacio, pero a la hora de jugar, muestren más confianza –o menos desconfianza– en casa ajena. Sinceramente me cuesta recordar alguna otra etapa en la cual hayamos perdido tanto pero tanto en el Estadio Centenario, así como me cuesta encontrar otros cuadros que cedan deportivamente la localía del modo en que lo hacemos nosotros.
Se está terminando la primera parte de este campeonato, afortunadamente, ya que eso significa que va a haber un lapso de receso y reestructuración. Aunque por otro lado, lo mismo pensé a fin de año y acá estamos, así que me queda pensar que lo bueno es que voy a dejar de hacerme mala sangre por un tiempito.
El parate por Copa América marca el principio del fin, sea de lo que sea. Ya sea que empiece el camino hacia el final del ciclo del cuerpo técnico, el de las malas, o el de Quilmes en la A, lo cierto es que algo se va a terminar porque acá quedan muy pocas opciones. Un plan B que sorprenda y cambie las cosas de alguna manera extraordinaria, o el Plan B Nacional.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO – @Adrian28qac
