Independiente todavía es un equipo inmaduro y ese defecto lo sufre especialmente cuando se presenta en el Libertadores de América.
¿Por qué aún se encuentra verde este plantel? Principalmente porque no logra hacer pie cuando debe sostener un rol protagónico. Si bien Almirón le imprimió al Rojo un indiscutible perfil agresivo y bien ofensivo, le cuesta mantener esa postura de dueño y señor de las acciones, más allá de algunos pasajes temporales.
No es casualidad que los triunfos se hayan obtenido fuera de casa y de locales la victoria no ha aparecido. Da la sensación que de visitante Independiente se siente más cómodo y, sin la presión de la gente, da rienda suelta a cierta especulación y oportunismo.
Quizás el excesivo nerviosismo de la hinchada roja sea más perjudicial de lo que creemos. Tanto que los de Almirón sienten que en casa deben hacer el segundo gol antes que el primero. Y la verdad que ese contexto no colabora. Más sabiendo que los rivales conocen la situación y juegan con eso, a través de planteos mezquinos, hacer tiempo y todo tipo de recursos que altera al local y su gente.
Ahora bien, cabe destacar que Independiente va por el buen camino. Se recogieron 7 puntos sobre 12 posibles y el balance respecto al juego mostrado hasta aquí es muy positivo. Ya que el equipo evidencia trabajo, una clara mejoría en relación al año pasado, mayor solidez y firmeza.
¿Qué hacer ahora? Confiar en que Almirón le encuentre la vuelta a ese déficit de protagonismo sostenido y apoyar desde afuera, ya que como explicaba párrafos atrás, nuestra calma puede colaborar con la tranquilidad de los jugadores.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
