NOVEDADES

02 diciembre 2014

EL ROBO DEL SIGLO - EL PINCHA


02 diciembre 2014

Entiendo que haya veces que los árbitros no puedan ver situaciones normales del juego, ya sea por estar tapados, mal ubicados o hasta distraídos. En definitiva, ellos tienen que decidir en cuestión de segundos sobre jugadas que, por la dinámica intrínseca que tiene el fútbol, son complicadas. Lo que me cuesta entender, y que en sí es mucho más grave que cualquier otro error habitual, es cuando los jueces inventan algo que no ocurrió.

En la vida sucede lo mismo. Imagínense a una persona que es condenada a prisión por un hecho que no cometió. ¿Sería injusto, no? Claro. Y se sabe que esto ocurre a menudo. Distinto es cuando alguien comete efectivamente un delito, pero es absuelto por no existir pruebas suficientes para corroborarlo. En estos casos, sigue existiendo el error, ya que se deja sin pena a un culpable, aunque resulta menos criticable que condenar a un inocente porque la decisión está sustentada en la falta de evidencia para justificar el hecho.

Trasladándolo al fútbol, se observan muchas similitudes. Es posible tolerar que un árbitro por estar tapado no te cobre un penal claro, que le convalide un gol al rival aunque esté levemente adelantado o que te eche a un jugador por considerar que fue más fuerte de lo normal. Lo que resulta intolerable es que los encargados de impartir justicia fantaseen con escenarios que jamás existieron.

Lo que sucedió en el Nuevo Gasómetro fue papelonezco, aberrante. Es la primera vez en la historia que veo que le cobran un penal a un jugador que nunca entró al área. ¿Se entiende? Lo que le regalaron a San Lorenzo es reglamentariamente imposible, una ilusión que ni el mejor de los magos podría crear. Desábato no ingresó en ningún momento al rectángulo grande pincha, a pesar del envión que traía después de tirarse desde atrás en velocidad.

A lo largo del campeonato nos han venido perjudicando de lo lindo y nosotros nos la bancamos sin chistar. Pero esto es demasiado, porque son errores groseros que cambian el destino de un partido. Por suerte no estamos peleando nada lo suficientemente importante, porque si no este hecho hubiera sido doblemente escandaloso.

A pesar de esto, el árbol no nos debe tapar el bosque. Después del partido con River, Estudiantes se desconectó del torneo como si ya estuviera de vacaciones. Este tipo de comportamiento le quita seriedad al plantel y le hace retroceder casilleros a un cuerpo técnico que se había ganado su respeto a base de trabajo.

Esperemos que haya el debido tirón de orejas para retomar el rumbo, que pasemos los 30 puntos contra Tigre y que empecemos el año que viene decididamente convencidos de que podemos pelear el campeonato. 

Por lo pronto... que nos dejen de AFAnar.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon
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