Este sábado se ganó una verdadera final, el equipo dio una muestra de carácter y madurez para recuperarse de dos derrotas durísimas con marcadores abultados. Se vio un “Pulpo” González activo tanto en la marca como en la generación de juego; un Junior que sin ser descollante redondeó un partido correcto; y un Romero (tantas veces criticado en su anterior paso por quien escribe) que todo lo que toca lo convierte en gol. Además, la vuelta de Gustavo Gómez dio una seguridad defensiva que hace más fácil todo.
Quedan dos finales, se dejaron pasar chances increíbles en este tiempo, pero ya pasaron. Ahora solo queda ganar lo que resta, cosa que no será fácil. Soy extremadamente optimista, creo en este cuerpo técnico y jugadores más que en nadie por estos días. Ya nos dieron un título, uno por el que hoy se matan dos de los equipos más grandes del país.
La llama de la ilusión volvió a encenderse, la diferencia es de dos puntos, y más pensando que ante un eventual triple empate nos veremos favorecidos. Queremos campeonar, ponerle el moño a semejante campaña sería hermoso, pero debemos estar despiertos el domingo si queremos seguir soñando.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO GRANATE - @adelantadoGRANA