Clásicos, clasiquitos y hasta no tan clásicos. Como para hacerle honor al canto de la hinchada. Este equipo arrasó en tres fines de semanas consecutivos con los rivales del vecindario. La primera víctima fue Racing, después “B”anfield, y por último Quilmeshh.

En esto mucho tiene que ver la levantada del equipo. Se ve una defensa más solida, que no comete los errores infantiles de las primeras fechas; en la mitad de la cancha los rendimientos individuales también vienen en alza; y los de arriba, tanto el “Chino” Romero, Lautaro Acosta como el acompañante de turno, hacen de las suyas. Me preocupa en cierto modo la falta de confianza de Santiago Silva, porque más allá de los goles de Silvio, el único 9 clásico del equipo es él. Igualmente confío en que pronto volverá al gol.

El buen funcionamiento va apareciendo de la mano de los resultados. Cuando uno gana es más fácil corregir los errores que en la derrota, además el jugador toma confianza y la mejora en los rendimientos individuales alimenta lo colectivo. El haber ganado tres partidos seguidos es importantísimo. El haber ganado a un supuesto grande de la zona, el clásico y el clasiquito aumentan aun más la confianza.

Se viene RiBer, aquel que mandamos a la promoción. El mismo que eliminamos de la Copa cuando lo dirigía un ex DT que le causó mucho daño a nuestro club. También aquel que este equipo de Guillermo goleó en la fortaleza, que tiempo después nuevamente de la mano de Guillermo eliminó de la Copa. ¿A qué apunto con todo esto? Que es un equipo al que estamos acostumbrados a ganarle. Que este domingo en La Fortaleza no podemos dejar la chance de descontarle puntos. Viene al Sur. Y en el sur manda Lanús, porque ¡¡¡SOMOS EL SUR!!!