Luego de la manito de los primos, River lejos estuvo de dormir la siesta como Bianchi y fue superior a San Lorenzo en todas las líneas, en intensidad, en presión y en juego, desdibujó al doble cinco del ciclón y aparecieron los de siempre en su mejor versión: Kranevitter la rompió de nuevo en lo que respecta a jugar la bola y también a no dejar respiro al rival; Rojas estuvo implacable, preciso y justo para hacer los relevos, mientras que el factor Pisculichi fue fundamental y dejó en claro una vez más que puede ser el conductor de tres cuartos hacia arriba de este River. Suena un poco repetitivo, pero el corazón late fuerte y la sonrisa va de oreja a oreja cuando el hincha del mas grande ve jugar, correr, meter, ganar, golear y gustar a este equipo, por eso no me parece tan descabellado y monótono destacar siempre a los mismos, cuando hasta hace no mucho tiempo, nos sobraban los dedos de una mano para rescatar a algún jugador que fuera la oveja negra de un River paupérrimo.
Por otro lado, si hilamos fino y nos ponemos en exigentes, es para preocupar la falta de recambio. Alguno dirá que tenemos a los pibes, que andan derechitos: Boye, Martínez, Pezzella, pero no tienen el nivel de los hoy ‘titulares’, lógicamente porque les queda aún mucho camino por recorrer en primera y recién están haciendo sus primeras armas. Y digo "para preocupar", en esta ocasión, por alguien en particular: Jonathan Maidana. Caudillo y bastión de una defensa que queda expuesta los 90 minutos por la agresividad en el juego, Jony es un líder que no puede faltar a la hora de equilibrar un equipo que tiene tanta agresividad de la mitad hacia arriba. Esperemos que lo del zaguero no sea nada, aunque pinta para distensión o desgarro. Y bueno, ya empezamos a sentir el ritmo y el desgaste que genera la triple competencia: es jodido mantener los mismos once en cancha si jugamos domingos y miércoles. Habrá que meter mano por lesión, o bien para evitarlas, y ahí nace otro interrogante: ¿Podrá estar aquel que se encuentra hoy sentado en el banco a la altura de los habituales titulares? Hasta ahora, la performance por Copa Argentina fue muy tibia, y ese equipo suplente está a años luz del da cátedra en el campeonato. Por eso tuvimos que recurrir a la lotería de los penales y a las manos salvadoras de Barovero y Chiarini, aunque...Si ganamos esa Copa entran los del chiquero a la Libertadores, y nosotros ya estamos adentro. ¿Y si la dejamos y tiramos el lance a la Sudamericana y el Campeonato? Je…
Volviendo al mal llamado clásico - con veinte partidos de diferencia en el historial no podemos hablar de que San Lorenzo es clásico de River, ¡Por favor! - párrafo aparte para Germán Delfino, quien al haber amonestado a Teo y no haber cobrado un penalazo, parecía querer ir a ShowMatch esta semana, pero luego dejó en claro que, ni esa jugada y tampoco su rendimiento estuvieron condicionados por los billetes de Tinelli. Al contrario: el tipo simplemente tiene dos alfajores Guaymallén de fruta en los ojos, y cobra mal para los dos lados. Leí algunos cuervos en redes sociales diciendo que perdieron por Delfino, y después pasó Bianchi y les gritó que no tienen autocrítica. Aunque eso si, este odioso juez quiere ser protagonista siempre, y vaya si lo logra cada vez que se lo propone: ¿Recuerdan como se cansó de echarlo a Ramón? Un payaso…
En fin, la primera prueba de fuego seria fue superada, ahora se viene la segunda: ver cuanto tiempo más el ‘once ideal’ banca los trapos, y si quienes en caso de emergencia deben saltar al campo de juego, están a la altura de este River que ilusiona y mucho.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MILLONARIO