NOVEDADES

09 septiembre 2014

METER Y DESPUÉS JUGAR


09 septiembre 2014

Los jugadores que llegan a Estudiantes desde otra escuela tardan un tiempo en adaptarse a la idiosincrasia del club, es más, algunos nunca lo logran y deben partir hacia otras instituciones sin pena ni gloria. Diciendo esto no es que quiera alardear sobre una filosofía que de por sí me llena de orgullo, sino que realmente es así, somos una raza única dentro del fútbol argentino.

En lo que respecta a la evaluación que el hincha hace de los jugadores, poco importa el virtuosismo individual en forma de tacos, gambetas y caños, si los mismos no vienen acompañados de sacrificio, entrega y esfuerzo. El punto máximo de aprobación que puede experimentar el recién llegado ocurre después de realizar cualquier jugada que amerite el grito de guerra “Estudiá, Estudiá, Estudiá”.

Este grito se usa pocas veces por partido, y justamente se utiliza para marcar el camino y recordarles a los jugadores qué es lo que se valora en Estudiantes, más que nada como una forma de apreciar cualquier esfuerzo grande de un jugador o grupo de ellos, ya sea después de una defensa férrea, de disputar un balón al máximo o de despejar el peligro de una manera heroica.

Existen dos ejemplos claros de hombres que, cuando entendieron cómo sentía el fútbol la gente de Estudiantes, terminaron siendo ídolos eternos.

Primero fue Sabella, que venía de la escuela del paladar negro riverplatense, el que declaró: "Si hubiera vuelto a la Argentina para jugar en cualquier otro equipo, capaz que no corría a nadie, ni me tiraba los pies de ningún rival y me limitaba a jugar cuando me llegaba la pelota. Pero todo Estudiantes vivía el partido con un intensidad total y yo no podía ser distinto del resto". Después, otro que seguiría los pasos del Magno sería la Gata cuando dijo que en Estudiantes lo empezaron a querer cuando entendió que, además de jugar, tenía que tirarse al piso y marcar.

Hoy por hoy, el mismo camino recorre Román Martínez, que en los últimos partidos demostró que con sacrificio puede ir lentamente metiéndose en el corazón al pueblo pincharrata. ¿Seguirá los pasos de Sabella y la Gata? Sólo el tiempo lo dirá...

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO PINCHA - @DrBidon
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