DIOS: ¡¡¿¿Cómo que lo rajaron al Tirri del Bailando??!! ¡¡La puta que lo parió!! El mundo ya no tiene sentido. Vamos a terminar con esta farsa… A ver, ¿adónde mierda puse el botón de Apocalipsis? Uh… teléfono... ¿Quién podrá ser? ¿Holaaa?
MARTINO: Hola… ¿Dios?
DIOS: No, Daniel FIlmus.
MARTINO: Discúlpeme, Daniel. Usted siempre ha despertado mi solemne admiración. A fin de cuentas, somos parecidos: ganamos cosas insignificantes y en las importantes, perdemos.
DIOS: Soy Dios, querido. ¿Quién habla allá? ¿Fanático de Filmus, dijiste? Estamos como en La Bombonera: nos tapó el agua.
MARTINO: Perdón, Señor. Habla Gerardo…
DIOS: ¡Ruso querido! Ya era hora de que hablemos vos y yo. Sabés que el otro día vino San Pedro y me comentaba que te está yendo muy bien con lo de los 8 escalones. La idea es renovarte dos años más allá abajo a cambio de medio palo verde. La inflación celestial te come, viste cómo es esto…
MARTINO: No Señor, habla el Tata.
DIOS: ¿Brown? No, viejo. Vos con la sanata del gol en la final del Mundial todavía la seguís robando. Ya te dije que después de eso no me podés pedir más nada de acá a trece mil años.
MARTINO: Señor, soy Gerardo Martino, el Tata.
DIOS: ¡Uh, Tata! ¿Estás bien? ¿Mucho quilombo con el accidente? ¿Se enojó mucho Lionel?
MARTINO: ¿De qué accidente me habla, Señor?
DIOS: Leí por ahí que habías chocado la Ferrari de Messi. Me preocupé mucho. Por suerte, parece que estás bien, pibe. Me alegro.
MARTINO: No me cargue, Señor. No me fue tan mal en el Barcelona.
DIOS: No, es verdad. Se morían por retenerte… Acabo de cortar con Mascherano. Todavía no se repone de tu partida. ¡Dejate de joder, Tata! Mirá que yo de acá arriba veo todo, eh.
MARTINO: Es que era un grupo complicado…
DIOS: ¡Grupo complicado era el de Costa Rica en el Mundial!. Allá tenías al pajero de Piqué, que le ponés el waka waka y hace lo que quieras; a Iniesta y Xavi que con esas caripelas no pueden joder a nadie, y a Messi, que si le ponés una Play en la habitación le pasa la vida por al lado… Menos mal que no fuiste guardiacárcel.
MARTINO: No era todo tan sencillo, Señor. Había muchos problemas en esos camarines.
DIOS: Problemas de verdad hay en los camarines de Nito Artaza cuando hace temporadas en Mardel. Ahí se arma cada lío…
MARTINO: ¿Lio? ¿Qué pasó con Lio? ¿Está bien? No me diga que se lesionó… Me muero, me muero…
DIOS: Uh, otro más como Sabella. Tranquilo, Tata.
MARTINO: Es que Messi es clave para el Mundial.
DIOS: Sí, es clave para pasar la primera ronda. Pero a partir de octavos, tener a Messi es como tener un fitito para cruzar la Cordillera: seguro te deja a gamba.
MARTINO: Bueno, justo le quería hablar del equipo, quisiera saber su opinión de la lista porque hice algunas modificaciones.
DIOS: A ver… ¿a quién llamaste?
MARTINO: Guzmán, Musacchio, Pereyra, Vergini…
DIOS: Pará, pará, pará… ¿De qué carajo me estás hablando? ¿Vos agarraste la Selección de Fútbol o la de Ajedrez?
MARTINO: De fútbol, Señor.
DIOS: ¿Es una joda, no? ¿Quién habla ahí? ¿Tangalanga? ¿Tinelli?
MARTINO: No, Señor, de verdad, ¡habla Martino!
DIOS: ¿Fantino? Con razón, ¿Desde cuándo hacés jodas telefónicas? Por un momento me la creí. Bueh, mandale un saludo al gato ese de Virginia Gallardo.
MARTINO: Señor, habla Gerardo “Tata” Martino, DT de la Selección Nacional. El original.
DIOS: Más que original, sos un loco de la guerra. ¿Quién te armó la lista? ¿Caruso?
MARTINO: Señor, yo confío en esos jugadores. Estoy convencido que van a explotar.
DIOS: Esos tipos van a explotar el día que armes un amistoso en la Franja de Gaza, dejate de joder, Tata.
MARTINO: No sea así, señor. Yo confío en ellos. Son jugadores de mi riñón.
DIOS: ¿De tu riñón? Más bien parecen del intestino…
MARTINO: Bueno, Señor, dejemos de hablar de la lista. Es la primera. No tiene tanta relevancia. Yo le quería pedir que me dé una mano. Quiero hacer como Sabella.
DIOS: ¿Que Messi te arme el equipo y Mascherano te cague a pedos en frente de todo el mundo? Tata, vos sabés mejor que nadie cómo es eso. Te diría que Pachorra aprendió de vos en el Barsa.
MARTINO: No, Señor. Me refería a que me vaya bien con la Selección. Quiero que me reconozcan.
DIOS: Claro, entiendo. No te conoce nadie. ¿Es eso? Mirá que el último que me pidió algo parecido fue Doman y no lo supo manejar eh. Hay que ser cuidadoso cuando pedís fama, Tata. ¿Estás seguro?
MARTINO: Señor, voy a ser más claro: quiero que la gente se identifique con mi Argentina, con el juego de la Selección, marcar un rumbo, un camino. Quiero reinventar el fútbol argentino, crear una escuela y que yo sea el emblema.
DIOS: ¿Querés abrir una escuela? Andá a Formosa, que me dijeron que andan con un quilombito con ese tema.
MARTINO: Señor, ¿me va a ayudar o no? Usted sabe a lo que me refiero. Quiero trascender.
DIOS: Uh, bueh… Hagamos una cosa, que ando medio apurado porque arranca “Combate” con Fierita. Yo te ayudo con la sanata de la Selección, pero vos me vas a tener que hacer un favor…
MARTINO: Lo que quiera, Señor.
DIOS: Llámamelo a Dátolo. Dale la 10 y que sea el capitán. Quiero que la gente vuelva a amar a Jesús como en los viejos tiempos. Yo pensé que con poner un Papa futbolero iba a alcanzar, pero necesitamos levantar la imagen.
MARTINO: Trato hecho, Señor.
DIOS: Chau querido. Y andá por la sombra, no sea cosa que te derritas (nunca te olvides de tus orígenes).
MARTINO: Chau señor, gracias por todo.