Si hubiese alguna forma gráfica de representar el karma, sin ningún tipo de dudas se representaría por intermedio de un partido. Ese partido seria Banfield contra Arsenal. El “Arse” para Banfield es un pelo encarnado en un testículo, un grano en el culo, unos zapatos apretados, un slip ultra ajustado, un preservativo que se rompe.
Todo indicador de molestia es Arsenal para Banfield. Cambiamos el estilo. Banfield ahora “juega a algo”, es decir con un estilo de ir al frente, de tocar la pelota. Antes teníamos el “estilo Falcionista”, el defensivo bah. De ambas maneras siempre sufrimos al equipo del extinto Julio Humberto Grondona. Ayer la defensa de Banfield era un terremoto, uno la veía y comenzaba a temblar. Cada centro era más peligroso que Cavallo de ministro de economía. Y otra vez entramos en las malas: 2-3. La fecha que viene por ahí otra vez se emparda.
Salcedo dijo luego del partido “Hoy gano el antifútbol”. Uno estuvo habituado a ser un antifútbol. Aunque el estilo de “jugar bien” siempre estuvo en la esencia del taladro. Pero de la década del 80 para acá son contadas las veces que realmente jugábamos con un claro estilo de juego. Ni hablar en los albores de la década del ’50, donde Banfield era una máquina. Pero uno (y la mayoría) creció viendo equipos donde se raspaba más de lo que se jugaba. La falta de plata se suplía con huevos. Particularmente a mí, me encanta ir al frente atacar con todo, dar pases pero no siempre tuvimos la “suerte” de contar con jugadores de buen pie o jugadores que interpreten bien la idea del entrenador. Cuando no tenes plata o no tenes material en la cancha, haces lo que podes y la luchas, la remas y podes llegar a buen puerto también.
En Banfield hay sobrados casos de ello. En el ascenso del 2001 tuvimos el enorme placer de contar con un Garrafa que hacia brillar cualquier equipo, luego de su partida tuvimos la etapa del “raspe y gane”, hubo algún que otro destello con Datolo, Erviti… Arsenal toda su vida fue antifútbol, hasta uno de sus creadores que manejaba la AFA lo era. Está en su esencia, pero tampoco seamos carmelitas descalzas del buen juego porque hoy estamos acá y mañana por ahí estemos raspando el fondo de la olla para ver si nos quedamos con el puntito inteligente.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CUERVO - @Yuainjaim
