Si por esas remotas y putísimas casualidades de la vida, me queda un rebote con la pelota picando en la línea y el arco vacío, le pego más fuerte que nunca y salgo a gritar el gol como jamás en la vida grité nada. Voy a festejar más que el Keko Villalva. Voy a gritar tanto que voy a tener que pedir el cambio por sangrado de cuerdas vocales. En el festejo me voy a agarrar bien fuerte los huevos frente al banco de Central y, con los dedos, le voy a hacer el gesto a Russo de que me lo estoy cogiendo bien cogido. Para terminar, voy a mostrar el tatuaje de Newell’s que tengo en el glúteo y voy a levantarme la camiseta para mostrar una remera que diga “Los gatos no se comen”, con el dibujito de Hello Kitty.
Andrés Chávez, tras las fotos íntimas luego del gol a Vélez: “Lo extrafutbolístico no me puede afectar en mi cabeza”
Lo extrafutbolístico puede afectar mi cabeza, de hecho la afecta, a la cabeza de abajo, y hasta diría que también la infecta. Uno no se puede voltear un trabuco tranquilo después de hacer un gol que ya al otro día le arman un escándalo. Pero en lo profesional no me va a afectar. Tengo que seguir jugando en buen nivel y seguir metiendo goles. Que se preparen todos los travestis de los bosques de Palermo porque pienso ser goleador del campeonato. Igual, como me dijo una vez el Bambino: “Un trava al año no hace daño”.
Mercier: “San Lorenzo tiene que volver a ser el que era”.
Ya se acabó la sanata de la Copa, Tinelli, el Papa y el boludo de Viggo Mortensen. San Lorenzo tiene que volver a ser lo que era: un equipo donde uno de los principales logros sea haberse voltearse a la Suller, sin barrio ni cancha, que da pena en mitad de tabla, que para lo único que sale del país es para traer blackberrys truchos de la triple frontera y que cada 15 años arregla un campeonato en AFA.
Roberto Torres, dirigente de Racing: “Racing no es hijo de nadie”.
Repudio los dichos de Moyano sobre que nosotros queríamos la Asignación Universal por Hijo. Nosotros no somos hijos de nadie, y menos de Independiente. A lo sumo seremos nietos, ya que nos lleva 23 partidos en el historial. Boca sería nuestro tío abuelo, con 33 partidos de diferencia. Y River, que nos lleva 49 partidos, sería algo así como nuestro tátara tátara abuelo. Y con todos tenemos una relación incestuosa, porque cada vez que nos ven, nos cogen.
Carlos Sánchez después de ganarle a Godoy Cruz: “Era un partido durísimo”.
Durísimo es levantarte el lunes a las 7 am para ir al laburo a verle la jeta a tu jefe. Durísimo está Pity Álvarez cada vez que da una nota. Durísimo tenés el amigo cuando te despertás. Durísimo es armar un asado con los pibes y que tu novia te recuerde que es el cumpleaños de tu suegra. Pero jugar con Godoy Cruz no tiene nada de durísimo. El partido era más fácil que encontrarle una amante al Pocho Lavezzi. Era tan fácil, que hasta le dejamos hacer el gol a Pezzella porque dentro de poco viene su aniversario de casamiento y se lo quería dedicar a la mujer.
Martino: “Para ser el primer partido, el saldo es favorable”
Eso del “saldo favorable” se lo dejo a los de Movistar. ¡Nos garchamos al campeón del mundo! Los pasamos por arriba, los bailamos, les clavamos cuatro, les llenamos la canasta. ¡Hasta el Kun Agüero movió el culo! Increíble. Para ser el primer partido, ya te digo que es el mejor que dirigí en mi vida. Hasta estoy pensando en renunciar… Si no fuera porque Romero recuperó la memoria motriz que tenía hasta antes del Mundial, capaz que los dejábamos zapateros. ¡Mirá, mirá, mirá, sacale una foto: se vuelven para Münich con el culo roto!
