Claro, ellos se viven agarrando de la mancha de su clásico rival y cada fecha lo recuerdan con un ya demasiado popular cantito.
Nosotros somos diferentes, somos humildes, somos un equipo chico. Y qué lindo fue clavarse este polvazo, tan inolvidable como placentero. Sacarnos una espina más y escribir una nueva página en nuestra historia, otro capítulo de heroísmo, humildad y mucha hombría.
Como muchos sostienen, lo del domingo en la Bombonera fue la victoria más importante de nuestros 107 años, junto a la final por el descenso ganada ante Colón. No coincido en que el triunfo más significativo fue en el que mandamos a la B a la raza, que sí, es hermoso y les va a doler toda la vida, pero más importante fue aquel 3-2 en Mendoza o la re-edición en Tucumán.
En fin, eso no importa. Lo que realmente vale es destacar a estos gladiadores, que con menos armas que el rival, derrumbaron su imperio, a base de valentía y corazón.
A ustedes, jugadores y cuerpo técnico: esperemos que esto sea el primer paso de una larga, nueva y linda aventura, pero recuerden que siempre se lo vamos a agradecer. Ya son parte de la historia grande de Atlético.
Una vez más digo, ¡MORIRÁN SOÑANDO LO QUE YO VIVO!
Y vos bostero, ahora te toca a vos responder mi pregunta: sí, este chiquitín que te bailó en tu templo quiere que le digas... que le digas... ¡¿qué se siente?!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CREMOSO - @ExequielMelano
