ESTE ES EL AGUANTE
Sí, perdimos otra vez. Nuevamente de local. Por goleada. Sin suerte. Sin fútbol.
Sí, a esto hay que sumarle el patético debut y despedida en la Copa Argentina contra el rejunte de Huracán.
Sí, Bianchi no da pié con bola. Poco y nada ha mostrado de su librito, ese que supo regalarnos y que a base de resultados, solidez y juego (en ese orden), supimos adoptar y consagrar todos los bosteros. Hoy hay errores tácticos, nombre insólitos en el equipo, falta de motivación y una cantidad de lesionados nunca vista.
Sí, a cada jugador la camiseta le pesa 300 kilos. No hay un tipo que juegue bien dos partidos seguidos. Casi nadie parece estar a la altura de lo que es Boca. Y cuando digo nadie, incluyo a las "figuras", a los "consagrados", a los de "experiencia" y a los "refuerzos".
Sí, la falta de actitud y el desconcierto de los once tipos que salen a la cancha es preocupante. Porque no te pueden salir las cosas, pero el compromiso no se negocia, hermano. Tenés la azul y oro en la piel, ¿cómo no te vas a romper el orto? Y esta falta de entrega por los colores se verifica no solo en la cancha, sino también afuera, donde todos hablan, se van de boca, con una cámara o sin ella, lanzando comentarios que los putos periodistas convierten en escándalos berretas que duran toda la semana. En definitiva, un plantel con tipos que nunca se olvidan de tuitear, de hacerse el último corte de pelo y de ponerse el botín más ridículo que salga, pero que en la cancha no pueden dar un pase de dos metros.
Sí, los dirigentes hace tres años que vienen rifando el club: inferiores descontroladas, ídolos destratados, barras bien atendidos, colores de barbie, sueños de shopping, museo relegado y regalado, vecinos olvidados, representantes amigos que llevan y traen jugadores a piacere, convenios inéditos con Barcelona, Citroeen, Nike, y así podría seguir enumerando logros de esta gestión antiboca.
Sí, todo esto está pasando, no vamos a negar la realidad. Hoy nos tocan las malas. Por eso, más que nunca es momento de bancar ante esos oportunistas de siempre que disfrutan diciendo atrocidades del xeneize. Es momento de ser más bianchista que Bianchi ante los ataques envidiosos al DT más grande de nuestra historia y del país. Es momento de apechugar y esperar que llegue esa puta señal del destino que nos tuerza el rumbo. Es momento de recordar que uno de nuestros himnos reza que en las malas a todas partes, las buenas ya van a venir, porque a Boca lo llevamos en la sangre, lo llevamos en el corazón.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE - @Roquelme