KILOS DE SAL
Imposible explicar de manera racional por qué GIMNASIA perdió. Mil análisis podrán hacerse intentando ponerle algo de lógica pero será en vano. El azar, la suerte o el puto destino, como quieran llamarlo, miró para otro lado una vez más.
En el último minuto el equipo de Pedro se quedó con las manos vacías, en un partido que desde el principio se presentó accesible para pensar en una tarde tranquila y cosechar la primera victoria en casa.
El primer tiempo fue prácticamente redondo. Precisión, presión, velocidad y contundencia, para empezar a ganarlo y merecer aumentar el marcador. Durante la primera etapa se vio la mejor versión de este equipo, hasta que la suerte dijo otra vez no. En una jugada confusa, Vegetti, goleador y figura se retira lesionado, lo que marcaría un antes y un despúes en el partido.
El segundo tiempo fue de trámite parejo. GIMNASIA no fue el mismo, ya con menos intensidad dejó venir a un rival que, casi sin ideas, se iba contento con el empate. Sin embargo, en la última jugada se llevó todo de manera más que injusta.
Una vez más la suerte le fue esquiva a GIMNASIA. Como con Correa, cuando se encuentra un 9 que pinta interesante, pasa algo y siempre es un volver a empezar. Desde el banco parece no haber muchas soluciones, hay que esperar que no sea grave y vuelva pronto. Sin ser de otro planeta, Vegetti es clave.
Párrafo a parte para el nefasto de Cinquetti, que despúes de estar escondido los 90 minutos en el banco de suplentes, cargó a la gente despúes del gol de Central. Actitud propia de un cobarde, que habría que ver cuánto de guapo tiene sin alambrados, ni seguridad que lo proteja.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TRIPERO.
