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27 agosto 2014

BIANCHI CHARLA CON DIOS


27 agosto 2014

DIOS: ¡¡Pero la puta que lo parió!! Este San Pedro se sigue haciendo el boludo. Hace dos años que tendría que estar Cacho Castaña en el Paraíso y sigue sin aparecer. A ver, sigamos… Legrand… Legrand… ¡Uh, otra vez el teléfono! ¿Quién puede ser a las 4 de la matina? ¿Hola?

BIANCHI: Hola Señor, habla Carlos.

DIOS: ¿Carlos? ¿El riojano? ¿Qué pasa, mufasa? Ya te dije que duermas tranquilo, que no te van a meter en cana. Te dejé el expediente más limpio que las vitrinas de Gimnasia.

BIANCHI: No, Señor, el Carlos más ganador…

DIOS: ¡Carlín querido! Imposible olvidar el “Frens chu bi frens”, ¡qué buena tira hiciste, viejo!

BIANCHI: No, Señor. Ése es Calvo.

DIOS: Bastía también es calvo, y sin embargo se sigue dejando esa cortina de carnicería en la capocha.

BIANCHI: Quiero decir que no soy Carlín Calvo, soy Carlos Bianchi.

DIOS: Ah, hubieras empezado por ahí. ¿Cómo andás, Carlos?

BIANCHI: Preocupado.

DIOS: Sí, veo. Ya no podés hacer mucho por ahí abajo. ¿Querés que te pida un remís y te venís para arriba? Si querés te ubico al lado del duplex del Cata Díaz.

BIANCHI: Pero qué dice, si el Cata está acá abajo.

DIOS: Ah, cierto. Es que de tanto escuchar que es un muerto pensé que ya lo teníamos por estos pagos. Últimamente me confundo seguido, casi tanto como vos con los cambios.

BIANCHI: ¿Confundido yo? No sé de qué está hablando Señor.

DIOS: Carlos, acá no te escucha nadie. Podés hacer catarsis.

BIANCHI: ¿Catarsis de qué?

DIOS: Huracán… Newell´s… Rafaela… 0-3, 0-3, 4, 5, 6 lalalalalala…

BIANCHI: A ese número quiero que llames tú, lalalalalala…

DIOS: Bueno, veo que a mí tampoco me lo vas a reconocer.

BIANCHI: Sí, Señor. Cómo no los voy a reconocer, si nosotros hablábamos siempre por celular.

DIOS: Hablo de reconocer los errores.

BIANCHI: Sí, hay que ser justos y decir que los árbitros están teniendo muchos errores. Lo vengo diciendo desde el corner…

DIOS: Sí, sí, ya sé lo del corner. Pero hablo de los errores del equipo.

BIANCHI: La verdad que el equipo de Belgrano estuvo flojo. Lo dejaron a Gigliotti solo en el último minuto y viste como es mi Boca: no te perdona.

DIOS: Escuchame Carlos, hace un rato me dijiste que estabas preocupado. Hacete cargo.

BIANCHI: Es verdad, estoy muy preocupado. Hace un mes que no duermo.

DIOS: Bueh, era hora que te sinceres. Contame.

BIANCHI: Me preocupa el 4. No sé cómo hacer para que rinda.

DIOS: ¡Vamos Carlitos, viejo nomás! Escuchame, yo te lo explico, pero esto queda entre vos y yo. Agarrás a la minita, la ponés como una suerte de perrito, y ahí arremetés vos por atrás, como Palermo con el Chelo Delgado. Y ahí, fiesta. La volvés loca. Tema solucionado.

BIANCHI: ¿Qué dice, Señor? Le hablo del 4 de Boca.

DIOS: ¿Ibarra? Es bueno el negrito. Va a andar bien. Por como corre, pareciera que nació en Liniers.

BIANCHI: Ibarra hace tiempo que no está más. Ahora juega Grana.

DIOS: ¿Eh? ¿Quién es ese?

BIANCHI: Hernán Grana. Un 4 que fue lateral en All Boys hace un año, le decían el Cafú de Floresta. Mi hijo Mauro me trajo videos donde se lo ve jugando el Mundial 2002 para Brasil, era capìtán del equipo. Aunque, ahora que lo pienso, en los videos parecía más morochito…

DIOS: Sí, claro… Si sigue así, a Maurito lo va a llevar Gvirtz para que edite los videos de TVR. ¡Para! ¿Grana es el 4 de Boca? ¡Yo pensé que era un asesino, o un dictador! Es la tercera persona en el ranking celestial con más pedidos de que lo haga boleta, después de Obama, y el marido de Adriana Aguirre. ¿Qué pasa con ese muchacho, Carlos? ¿Qué te preocupa?

BIANCHI: Es un chico con mucha voluntad. Llega primero a los entrenamientos, ceba mates, pregunta por la familia, es muy educado. Tiene un solo problema…

DIOS: Sí, me llegó el comentario que es como los drugstore de 24 hs: no cierra nunca.

BIANCHI: No sea malo, Señor. El problema es que creo que no entiende qué es el fútbol. No termina de comprender los conceptos.

DIOS: Ah, es más pelotudo que lo que su cara delata. Eso es un fenómeno que solo ocurrió con el Pato Galván.

BIANCHI: El colmo fue el otro día, antes del partido con Rafaela. Me trajo un texto donde me explicaba lo que iba a hacer en su vida de acá a diez años, que iba a ser millonario y vivir en Dubai. Yo le pregunté qué era eso, y me respondió: “Usted me pidió que me proyecte bien. Mire qué buena proyección del futuro me armé”.

DIOS: Está difícil la mano. Si querés puedo ofrecerte que se le dé por el pedo místico, deje el fútbol y se ponga una iglesia en la casa.

BIANCHI: No, Señor. Ya le dije que es un buen muchacho. Lo único que quiero es que le enseñe a jugar al fútbol, a entender el deporte, a comprender el offiside. No entiende nada. Es una súplica, una buena acción.

DIOS: ¿A ese muerto? Carlos, se lo digo siempre a Troglio, Licht y a los boludos de Racing: favores puedo hacer, pero milagros es imposible. De eso se encarga Grondona.

BIANCHI: Cuando hacemos ejercicios con la pierna hábil, el me dice “no tengo pierna hábil, solo derecha e izquierda” y se queda a un costado mirando...

DIOS: Uff… Bueno, yo ahora te lo voy a lesionar de acá a unas cuatro fechas. En el medio, dejame pensar qué puedo inventar. Hay gente que me debe favores: Campagnaro, Caruso, el Tirri. No te digo que va a ser una pinturita, pero al menos va a tener un poco más claro cuándo es offside y cuándo no.

BIANCHI: Si Usted pudiera, sería un favor enorme. Si me soluciona eso, volvemos a la gloria. Estoy tan convencido como cuando le digo que Boca juega bien a los periodistas.

DIOS: Sí, claro. Juega bárbaro tu Boca. Y la Tierra es cuadrada.

BIANCHI: Si usted lo dice, debe ser cuadrada.

DIOS: Carlos.

BIANCHI: Perdón, Señor.

DIOS: Chau, felicidades.  

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