LO GANÓ SABELLA
El periodismo menottista subestima al rival. Fue, es y será así. Ellos son malos porque son suizos y nosotros somos buenos porque somos argentinos, es tan fácil como eso, ¿cómo no lo entendemos?
Argelia, Nigeria y México también eran equipos inferiores que debían ser goleados por las potencias. No pasó en ningún caso, por supuesto, y Argentina enfrentando al menospreciado Suiza no iba a ser la excepción.
Por suerte, Alejandro no le hizo caso a Messi ni al periodismo y jugó 4-4-2, como le pedíamos humildemente desde este espacio. Es cierto que Lavezzi va más de lo que vuelve, pero ciertamente no es un 9 como el Kun y le da cierto orden táctico al mediocampo, orden que se traduce en solidez defensiva.
Desde el inicio del partido Suiza se paró de contragolpe y Argentina buscó pacientemente generar situaciones de gol por todos los medios, tocando por abajo, abriendo la cancha o tirando centros. Y las generó, fueron 20 opciones que tuvo el seleccionado para convertir.
Sin embargo, al no encontrar la ventaja, Sabella mandó a Di María a la banda derecha recurriendo al viejo recurso de los carrileros con pie cambiado, que al enganchar para adentro liberan el carril para que pase el lateral y de esa forma hace al equipo más ofensivo, algo que hubiera sido imposible si hubiéramos jugado con el 4-3-3 que pedía la gente (?).
Y así fue que faltando 2 minutos para que termine el suplementario, el Fideo entró por la derecha y, evidenciando el indiscutible acierto táctico del Director Técnico, le dio a la Selección el pase a cuartos de final. Primer objetivo cumplido.
De esta forma el Seleccionado ya superó los ciclos de Basile y Bielsa, e igualó los de Passarella, Pekerman y Maradona. Ahora tiene por delante el desafío más importante, un desafío del que ninguno de los técnicos anteriormente nombrados logró atravesar con éxito: estar entre los 4 mejores del Mundo.
Por lo menos así lo siento yo
ADELANTADO BILARDISTA