Querido diario:
¡Pasamos, pasamos! Llegamos a la final, no lo puedo creer. Y como siempre lo soñé, con un 0 a 0. Cómo se notó la vuelta de Rojo. ¡Robben no lo podía parar! Si no fuera porque no tiró la rabona, fue su partido perfecto. Ahora que me acuerdo... Tiró un caño, ¡Marquitos tiró un caño!. Con razón el Pocho andaba como loco por los pasillos de la concentración gritando si alguien había visto el caño.
Otra vez fueron claves los cambios. Messi se demoró un poco y yo me había puesto nervioso. No sabía que hacer. Pero por suerte se acercó y llegó la orden: “Pachorra, meté a Agüero y a Palacio que arriba con el gordo este no le hacemos un gol a nadie”. Clarito: ahí nomás lo saqué al Pipa y con los chicos el equipo mejoró bastante.
Hablando de Lío, pobre Lío. Lo critican porque ayer jugó mal. Ya quisiera ver cuántos son capaces de jugar y dirigir al mismo tiempo. No debe ser fácil. Ya le dije a Camino que le pregunte a la FIFA si hay alguna posibilidad de ponerle un micrófono durante el partido, así no tiene que venir hasta el banco para dar las indicaciones. Para esta noche le prometí que le pondría una peli para que se relaje. Es una historia de unos brasileritos boy-scouts que andan por el país juntando pepas, y al final vienen unos alemanes y les llenan la canasta. Tierna la historia, a pesar de que a uno de los nenes se le quiebra una vértebra.
El que la rompió ayer fue Mascherano. Parecía el de la publicidad de Rexona y todo. Hay gente que lo compara con el Che Guevara, con San Martín, y con otros próceres, como Zubeldía. Le pregunté a Bilardo cómo lo había visto y me dijo: “¿Qué hacés acá, Goyco? Vos te tenés que parar y te tenés que ir, Goyco. Vos te tenés que ir”. No entendí bien qué quiso decir, pero bueh, Carlos es así.
¿Y Enzo Pérez? Mamita, qué jugador. Tiembla Iniesta, tiembla Pirlo, tiembla Cristiano Ronaldo. Menos mal que lo elegí a él y no al Momo Banegas, ¿o cómo era que se llamaba el de Ñuls?
Ahora se viene Alemania. Gugnali me dice que Messi está algo cansado, que ni nos presentemos. Además, Higuaín está un poco solo arriba, me da nosequé verlo tan separado de los demás, no quisiera que se angustie. A mí me gusta que el grupo esté unido y si es posible, atrás de la mitad de la cancha. Le voy a preguntar a Lío qué le parece si lo dejamos en el banco y ponemos a Basanta.
Bueh, me voy a dormir y a soñar con el palco de la Rosada con Cristina para darle lo que nunca tuvo: un campeonato.