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09 junio 2014

EL DIARIO DE SABELLA - 08/06


09 junio 2014

Querido diario:

Hoy estoy muy contento. Jugamos en La Plata, puse media defensa de Estudiantes, y la tribuna cantaban algo así: “Vamos vamos Argentina, vamos vamos a ganar, que esta barra de Sabella, no te deja de alentar”. Después decían algo del inglés y saltaban todos. Me alegra que también se acuerden de Verón. Sin él yo no hubiese llegado acá.

En fin, solo faltan 5 días para el Mundial y, como quien dice, estoy un poco nervioso. Más que nada por las lesiones.

Lionel está bien, y eso es positivo. Yo ya no aguantaba los dolores en la espalda, no podía llevarlo más a upa a todos lados. Por suerte, Camino se avivó y contrató a los dos centrales de Trinidad y Tobago para que lo carguen a Lio por todo el predio de la AFA. Igualmente yo me voy a seguir ocupando de taparlo bien y contarle un cuento a la noche. Ayer le conté uno de un animalito que vivía en el Bosque y que nunca podía salir campeón, le encantó. Aunque lo que me tiene más loco es el tema de los vómitos. El otro día le regalé un libro sobre bulimia y me lo devolvió. Cuando lo vi lanzando en pleno partido en La Plata, le dije a Gugnali: “llamalo a Don Julio, decile que no vamos a Brasil”. Lionel me escuchó y me dijo que me tranquilizara, que es normal que le agarren náuseas, sobre todo cuando lo ve jugar a Campagnaro. Le creí, qué sé yo… Lo que pasa es que a Messi no lo podemos descuidar. Si le llega a pasar algo, ya sabés… No participamos. Para papelones, prefiero ver a Independiente.

Hablando de Rojo, ¡qué bien que está Marcos! ¡Qué jugador! Lo veo y, cada día más, me hace acordar a Roberto Carlos. Se lleva bien con los utileros, con sus compañeros, con el cuerpo técnico, con el chofer del micro… Con todos. Tiene un millón de amigos. Además, empezó guitarra y canta muy bien. Es un ejemplo para todos.

Ahora que estamos a punto de viajar aparecen las preocupaciones lógicas. ¿Podremos entrar con Basanta a Brasil? Me dijeron que están muy estrictos con la entrada de animales. No quieren meter especies de otros países. Le pregunté a Bilardo qué pensaba y se quedó callado un buen rato. Después de casi 10 minutos, yo ya me estaba yendo, y me contestó: “Ah, una cosa. Los de amarillo son los de Brasil, dejen de pasársela a ellos”, y se fue. No le entendí lo que me quiso decir, pero calculo que me quiso dejar tranquilo.

El que me está volviendo loco es el mamarracho de Arévalo. No lo aguanto más. El otro día me lo crucé y el boludo se abrió un Yogurísimo. “Para que no me ataque usted, Pachorra”, me dijo. Seriamente pensé en salir y pisarlo con mi auto, pero ando con las gomas bajas. Uh, ¡me está llamando de nuevo! ¡No lo puedo creer! Ahora lo entiendo a Riquelme... 

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