Rogándole toda la tarde, te tiró 100 mangos...
Insistiéndole toda la noche, robaste un beso en el cachete...
Media hora implorando piedad, y te regalaron un cuatrito...
Toda la noche hinchando los huevos en la barra, y te tiraron un Gancia...
Toda la cena reclamando sushi y te regalaron un pancito saborizado...
Toda el año sufriendo y robaste un año más, Olimpo.
Por lo menos así lo vemos nosotros.