-Hijo de puta, te vi, no tenés perdón.
-Pará, dejá ese bolso ahí, mi amor. No hagas locuras.
-Me voy a la casa de mi vieja, pedazo de sorete. ¡Y ni se te ocurra llamarme!
-Tranquilizate un poco, esperá...
-¡No me tranquilizo una mierda! Y yo confiando en vos ciegamente.... estúpida, estúpida.... tarada... ¡qué estupida que soy!
-Está bien, te lo reconozco... fue un error.
-¿"Un error"? ¿Me estás cargando? Marcelo, sos lo peor. ¡Aparte con esa redonda inmunda!
-Lo que pasa es que es muy confianzuda... es que... no llores, por favor. No venía bien y me equivoqué.... vos sabés bien que fue un abracito nada más...
-¡Un abracito las pelotas, Marcelo! ¡Bien que se la metiste toda! ¡Toda enterita! ¡Mierda! ¡Sorete! Ojalá te pise un....
-Pero no, ¡te juro que no! Que no me pasé de la raya, solamente fue un error, un coqueteo como le pasó a Rial, le puede pasar a cualq...
-No voy a discutir más, Marcelo. Que te siga garuando finito. Total, todo te resbala. Sentate a esperar el divorcio. El juez me va a dar la razón. Chau, que seas feliz.
-Mi amor, ¡escuchame! Te lo prometo, como que me llamo Marcelo Alberto Barovero que no estuvo adentro nunca... ¡no te vayas! .... ¡escuchame!
Por lo menos así lo vemos nosotros.
