Ya definido el origen de los vaivenes del equipo las soluciones parecen espinosas. Y esto ocurre porque sólo se vende lo que está en la vidriera pero lo que se seña debería sacarse de dicha vidriera porque el sol suele decolorar los productos. Algo que no estaba muy claro hasta la aparición de Merlo.
El caso de Zucculini es paradigma de lo que sucede. Con la cabeza llena de fluido Manchester, el pibe no juega a media máquina para cuidarse; lisa y llanamente, no juega. O, peor aún, su desidia viene costando caro. Por ejemplo: dos puntos el sábado pasado. Sí, sí, ya sé que hay horrores en la defensa, que viven hipnotizados con la pelota y descuidan las marcas (errores de novatos, que le dicen), que Cahais siempre nos depara una sorpresita, que Corvamal… bueh, mejor hablemos de jugadores. Empero, esto es muy diferente a jugar a menos. Y es el perro que se muerde la cola. Porque debe justificar el sueldo pero tiene una estampilla en el tujes. Así no va. Que lo pongan en el freezer y conserve la cadena de frío fuera del equipo.
Por otro lado está el regimiento de veteranos dados de baja y que pretenden jubilarse en la academia jugando en una pierna, cinco minutos por partido. He aquí dos casos emblemáticos: Camoranesi y Ortiz; quienes juegan mucho al truco pero poco a la pelotita.
También quedó en claro que, en este fútbol argento berreta de la “C”, gana el que da más de dos pases seguidos y menos errores comete. A veces, da la sensación de estar mirando algún deporte nuevo; un híbrido entre rugby y el quemado. No parecen profesionales: Tiros libres que pasan tres metros por sobre el travesaño, centros para lombrices, penales-masitas al centro del arco, innumerables pases al hombre invisible o al contrario, revoleos a la bartola, baldes en la cabeza, remates al arco con el cuerpo tirado hacia atrás, etc. Así está nuestro deporte preferido. Y Racing no es la excepción.
Pero, tratemos de ser optimistas: por lo menos ahora juntamos porotos y quizá terminamos de acomodarnos en las últimas fechas. Saja, De Paul, Campi y Saveljich están en un buen nivel. Tal vez, Merlo haga enroques: Cerro en lugar de Zucculini y Roger Martínez por Vietto. Qué se yo… No se puede negar el cambio de actitud desde que la hinchada les gritó el famoso “que de la mano del paso a paso…” Allí todos quedaron al descubierto. Les cantaron “piedra libre”.
Contra el lobo no imagino otro resultado que no sea triunfo. Un empate o derrota después de caernos del Olimpo nos sumiría otra vez en la indigencia, porque estamos juntado chirolas para comprar un pasaje hasta ahí.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO