Hoy en día sólo puedo pensar en tratar de diferenciar el dolor de la realidad. Nadie puede estar contento por descender, pero de ahí a estar llorando por las tribunas hay un trecho enorme. Más aún, lamentablemente, en la historia de Argentinos hay más peleas por descensos que otra cosa. Por lo general, estas peleas terminaban a favor nuestro, pero este año fue distinto.
Entonces, mi pregunta es la siguiente: Si tenemos mil batallas por el descenso, ¿tan mal se puede poner uno por perder una? Tras este último razonamiento, uno tiene que darse cuenta que la realidad de Argentinos, hoy en día, es más parecida a lo que pasó este campeonato a lo que pasó hace 4 años. Tuvimos la oportunidad de cambiar nuestra realidad y no pudimos.
Ahora es el momento de hacer la “refundación” que Bichi plantea y, de una vez por todas cambiar nuestra realidad. ¿Cómo se hace? No lo sé. Para hacerlo tenemos que estar todos juntos y plantearlo. Un buen comienzo creo que es repasar que cosas se hicieron en los últimos tiempos. Tomar las cosas buenas y dejar de lado las cosas malas. Hay tiempo para analizarlas. Ahora tenemos que estar “de luto” y dejar que el dolor se sane. No solo el dolor por haber descendido, sino el dolor por saber que nuestra realidad es estar siempre en esta situación.
