Que se va
Alegre, que se queda, que se vuelve a ir, que se vuelve a quedar. Las dudas
pasaban por saber que iba a pasar con el técnico, porque ya no tenemos
margen para el error, porque ya no podemos volver a equivocarnos.
Y el técnico se
la jugó por Itabel, un pibe que hacía rato que no veíamos, que quizás fue un
manotazo de ahogado por la lesión de Leone. Lo cierto es que entró y por
momentos fue el socio ideal para Wilchez y Pérez García, con dos tiros en el
travesaño incluidos. Lo irónico de esta historia es que el gol vino justo por
la persona que lo reemplazó: el chino Araujo.
¿Qué importa eso
ahora? Poco. Lo que de verdad importa es que después de mucho tiempo se volvió a ganar, se
volvió a jugar bien por momentos y eso nos devuelve la ilusión de creer en este
grupo de jugadores, que no habían mostrado respuesta entre semana frente a
Gimnasia.
La fecha además cerró
de manera perfecta. Si bien arrancó con Colón arriba nuestro, y con Godoy Cruz
y All Boys a tiro de dejarnos en descenso directo, ninguno sumó. Con este triunfo de visitantes, volvemos a tomar un pequeño respiro,
cortito, pero respiro al fin, lo que muestra una vez más la importancia de
sumar de a tres.
Ahora tendremos
por delante una semana tranquila para llegar al viernes y afrontar quizás uno
de los partidos más importantes del año para Tigre: frente a All Boys, en casa,
y con la oportunidad clara de quedar a 8 puntos del descenso.
No hay más
excusas, no hay que ser precavidos, los jugadores, Alegre, Sava, y/o quién sea
que nos dirija la próxima fecha tiene que saber que este partido hay que salir
a ganarlo sea como sea. Es la hora de la verdad, la hora del Matador.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO MATADOR - @Matador1MA