La tarde está ideal: el cielo es de un prolijo azul claro y ninguna nube se atreve a aparecer. ¿La temperatura? Perfecta: unos 25 grados Celsius. La ciudad de La Plata está ante un día histórico: aún no lo sabe, pero en el Estadio Único de esa localidad se producirá un extrañísimo fenómeno natural. Veintidós seres humanos dedicados a la práctica futbolística mutarán en peces. Sí, leyó bien. Peces. El lujoso estadio bien podría oficiar de pecera gigantesca. La prueba del milagro comenzará a las 18. Sale Estudiantes a la cancha. Sale Rafaela. Comienza el partido y se dan las primeras pruebas de transformación. La lleva un futbolista del Pincha y… nada. Cada tanto recupera un mediocampista de Rafaela, mete un pase largo, pica el atacante y… nada. Pasan los minutos, y los hombres-peces se distribuyen la pelota, pero cada vez que la agarra alguien y parece generar peligro…nada.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
