Seguimos navegando en medio de un intenso y revoltoso mar, que parece nunca calmarse. Omar De Felippe está tratando de encontrarle la vuelta y, más allá de su indudable capacidad de trabajo y capacidad, no logra encontrar el rumbo.
Luego de haber iniciado el torneo con el 4-2-3-1 (con Insúa-Rolfi-Pisano), y del extremadamente conservador 4-4-1-1 frente a Banfield, todo parece indicar que el director técnico apostará a un medido 4-3-2-1, con Montenegro y Pisano en la creación, dejando a Parra de punta.
En referencia a la táctica, lo más indicado parece esta última elección, la cual se llevará a cabo de local contra Villa San Carlos. Posee equilibrio en todas sus líneas, y en tanto y en cuanto sea con actitud ofensiva, pueda llegar a representar un equipo agresivo y con ambición.
El 4-2-3-1 evidentemente no funcionó, mucho desorden. El 4-4-1-1 da la sensación que fue solo un recurso para un partido determinado, ante una supuesta potencia de la B Nacional. Por otro lado, el 4-3-2-1 parece expresar una faceta más armoniosa, la cual brindó tranquilidad a fines de 2013.
Resulta indispensable que De Felippe se la juegue y apueste, finalmente, a una idea. Ya sin generar cambios permanentemente. Ya probó demasiado, es momento de encontrar respuestas y bancar un concepto y una táctica.
De nuestra parte, los hinchas, lo mismo. Soportar las decisiones del entrenador y apoyar a los jugadores, por más que a veces derrochen mediocridad.
De esta se sale con esfuerzo, templanza y grandeza. La grandeza que siempre nos caracterizó, y hoy nos hace un nuevo llamado.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO - @GastonIbarra
