Cada uno de
nosotros, crece con más o menos la misma estructura referida a las comidas.
Desayuno, almuerzo, merienda y cena. Y mal que mal, a todos nos gusta a veces
comer algo rico, especial. Y en lo
particular, mirar/escuchar/leer/asistir a un partido del club de mis amores, el
glorioso UNION es Santa Fe, es casi casi o más como ese día en la semana en el
que, de pura gana, mi intención es regalarme una comida especial, que destaque,
o sea… un día que no sea de fideos con aceite y naranja de postre. O batata con
queso.
Y lamentablemente
para mis intenciones, en lugar de por ejemplo, un volcán de chocolate, o un cheese cake, o cualquier otro bocato di
cardinale, últimamente cada encuentro de UNION
es un pedazo de batata con queso. El simple, nacional y popular, económico
y pedreste postre de vigilante. O camionero. O fresco de batata. O como en este
caso, Martín Fierro (así se le dice en la docta al susodicho).
Para resumir… este
viernes, por más onda que le puse, no pasé de los tallarines y de postre un
pedacito de Martín Fierro. Encima, gracias al Fútbol Para Pocos, esta
oportunidad por interneta. O sea, con menos gusto todavía. Fuimos para la
Docta, y de gas y gracias al guardameta rojiblanco, rescatamos un poroto. Fin
de la historia.
Sabor a poco. A
poquito. Sabor agridulce, cuando
nuestros escasos delanteros coleccionan tarjetitas de colores. Sabor a postre
barato en una mesa preparada para otra cosa. Así como le debe saber al resto de
la enorme hinchada que vive, sufre y ama los colores rojo y blanco a bastones
verticales. La hinchada de UNION, un pueblo hermanado en sentimiento. El mismo
que aunque se queje, se banca comer otra vez batata con queso. Solo por la
esperanza de degustar, en alguna oportunidad, un pedacito de Golden Opulence Sundae que se adivina en
cada rostro en la tribuna.
El próximo
encuentro, esa esperanza tan difícil de explicar, hará que las tribunas se
engalanen como corresponde. Y yo como todos, me prepararé para que ese día sea
el más especial de la semana, solo porque ese día, juega UNION. Y como vivo en
estado Uniónico, eso me basta.
Aunque después, el
sabor que me quede sea el del sencillo, barato y silvestre postre compuesto de
un pedazo de batata, al lado de un pedazo de queso.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE - @adelantadoUnion