NOVEDADES

10 diciembre 2013

FINALE MOLTO VIVACE


10 diciembre 2013

“No se vayan que ahora viene lo mejor”, decía el genial Aldo Cammarota antes de un receso publicitario. Pues bien, antes de este receso, no nos fuimos y vimos lo mejor. Lo mejor de un Racing que viene levantando cabeza (lagunas mediante, como el penoso encuentro en Rosario).

Y no me equivoco y aseguro que el primer tiempo ante Godoy Cruz fue lo mejorcito del campeonato por escándalo.

¿Dónde están las claves de esta resurrección? Obviamente en el técnico. Pero ¿qué hizo mostaza para levantar semejante muerto y recuperar jugadores quemados, marginados o de bajos niveles? Ya algo (bastante, había anticipado quien escribe). Este plantel necesitaba un técnico que gritara y ordenara los noventa minutos. Que dejara en claro que pondría entre los titulares quienes estuvieran en mejores condiciones y no mantendría “nombres” con cartel o nenes mimados con fracturas expuestas. Desdramatizó la situación y no se metió con los árbitros (nunca lo hizo en toda su carrera). Es un tipo carismático y con espaldas que puede controlar a las heterogéneas barras y no brindar conferencias altisonantes. Descubrió de inmediato cuáles eran los problemas básicos del equipo: cambió los laterales y los apuntaló con Villar y De Paul. Ganó altura en el juego aéreo con Saveljich y Campi (quien cumple una simple pero eficiente tarea de bajar los balones enviados por Saja).

De esta manera se respeta el esquema de Zubeldía pero con muchísimo mayor porcentaje de pelotas a favor de mediocampistas y delanteros. Potenció a Zucculini, sabiendo que es un pibe híperquinético que puede marcar, distribuir y llegar al área con efectividad (terminó como goleador). Cocinó a fuego lento a Cahais hasta convertirlo en un tres sin fisuras y con proyección. Lo propio hizo con Hauche quien terminó reencontrándose con su idiosincrasia. Y lo mejor: situó a Villar en la parcela de terreno donde mejor rinde y puede organizar el juego. A esto hay que agregarle las charlas personales que resetearon a tipos talentosos pero frágiles. Trabajó mucho con la pelota parada y tiene el timing como para adivinar cuándo hay que presionar, agazaparse y pegar el zarpazo. Ahora hay traslado, toque, presencia, desborde, presión, actitud, regulación de energía.

Este viernes se ganó sin sobresaltos: festejamos, los jugadores partieron ovacionados a pesar del penúltimo puesto. Y todo esto se lo debemos a un viejo guerrero que sabe plantar con mucho oficio a un verdadero equipo de fútbol. Cabe la pregunta ¿Qué habría sucedido si mostaza hubiese dirigido desde el primer tiempo?... Y viendo el resto de los equipos, puedo asegurar, sin miedo a equivocarme que, seguramente, habríamos peleado los primeros puestos.

Pero, no se vayan que ahora viene lo mejor: Con dos refuerzos de jerarquía y Merlo a la cabeza podemos pelear el campeonato y este “Finale molto vivace” puede ser la antesala de una “Oda a la alegría”. Ya pasó el temblor. Con la mochila de ladrillos en el piso, este equipo puede despegar hacia otros horizontes y alcanzar el lugar que nos pertenece por historia e hinchada. Felices fiestas, la casa está en orden.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO
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