CENTRAL 3 - RAFAELA 2
Dicen que muchos años atrás, una tripulación de marinos, reencausó la dirección de un barco que estaba perdido en medio de una tormenta. Debían fijar las velas que el viento movía bruscamente. Para ello recurrieron a diversas estrategias, desde atarlas con sogas, hasta colgar hombres de los postes. Pero sólo una de ellas sirvió: los huevos. El capitán tuvo la brillante idea de pedir a sus muchachos que pusieran todas las piedras preciosas que habían obtenido en una de sus misiones, en una bolsa de arpillera enorme. Ataron la bolsa a la vela mayor y lograron que el peso, la inclinara para el lado al que debían ir. Por la similitud que esas rocas tenían con los huevos, las bautizaron bajo ese nombre.
Tal fue el esfuerzo ese grupo hizo para reunir todos esos huevos, que todavía hoy, seguimos recordándolos con esta bonita expresión. Bonita expresión que encaja perfectamente con el laburo de Central que, con mucho huevo, dio vuelta un partido que estaba liquidado.
Por lo menos así lo vemos nosotros.
