NOVEDADES

24 septiembre 2013

VASO MEDIO LLENO


24 septiembre 2013

Convengamos que, la idea es siempre ganar, ganar, ganar como sea. Uno a cero, medio a cero, un cuarto a cero. Un octavo a cero, y así podemos seguir con todas las fracciones imaginables.

Tampoco es agradable, terminar la fecha sumando la yeta, los cuasi fatídicos trece puntos. Y quedar a nueve del puntero (¿Qué hace Defensa y justicia ahí?) cuando lo único que puede saciar mis ansias, es concretar el ascenso, a fin de la temporada de este torneo de nietos recuperados, ADN y otras yerbas.

Convengamos  que escribir estas líneas, con el corazón acelerado todavía por la escucha radial, tampoco es aconsejable. Poco margen para el ¿análisis? Me deja la exigencia de la publicación mañana, que cuando leas esto, amable lector, ya va a ser presente. Y seguro, ya calmado el ánimo, la lectura será diferente en perspectiva.

Pero la sensación que crece en este momento, es la que trascribo en estos párrafos. Considerando que post empate del verdinegro nos hicieron el favor de tirar un penal afuera, teniendo en cuenta que revisando la estadística en mis tiempos de jugador amateur en la cueva yo hacía más goles que Palacios, observando que Brian no suma lo que tiene que sumar, entendiendo que este equipo hoy me parece un rejunte de voluntades individuales y no muestra juego colectivo, reconociendo que en los últimos quince estuvimos más cerca de ganarlo que otra cosa; advirtiendo que el gol anulado a Salinas parece que fue válido, comprendiendo que al parecer se buscó el empate y faltó un poquito de ambición, etc, llego a la conclusión de que el punto vale.

No soy un fanático de la media inglesa, para nada. Y nunca soy racional para ver/escuchar/lo que sea un partido de UNION. Pero un punto vale. Acá y en la China. Y si bien esa cancha de porquería nos es esquiva para el triunfo (dos empates y siete perdidos en San Juan)  un punto sabe a poco, pero tiene sabor a seguir sumando. Y hay que tener en cuenta que al final, un punto puede ser determinante.

Sufrí como todo el pueblo tatengue, grité desaforado el gol del Potro como todos, maldecí la PC (en mi caso) como maldijeron todos en toda situación desfavorable, y me quedó un dejo de bronca por no poder sumar de a tres.

¿Y ahora? Ahora lo esperable, lo previsible y lo deseable.  El quince de abril de cabo a rabo, un equipo visitante históricamente amarrete y la esperanza de una victoria que sea un punto de inflexión. Preludio de grandes cosas. Yo y muchos miles que somos la mayoría de Santa Fe no merecemos otra cosa, no prevemos otra cosa y no deseamos otra cosa. Y como siempre, ahí estaremos, en nuestra cancha (porque es de la gente, ojo) o donde sea, renovando ese pacto no escrito, pero perdurable e irrompible. ¿Por qué? Porque somos tatengues, y eso nos define en una síntesis de amor por los colores pocas veces vista, muy envidiada y poco replicada.

A por el verde, entonces. Recibamos el domingo calentado las gargantas en la ilusión de los hoy por hoy goles futuros, hasta que se concreten.

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE -.
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