Hacia fines de 2013 los hinchas racinguistas apenas comenzaban a gozar el descenso del eterno rival, cuando una crisis sin precedentes alcanzó a su propio club. El equipo empezó tan mal el Torneo Inicial de ese año, que no tardaron en llegar las renuncias: primero del presidente Cogorno, después de Molina, y por último de Francella, que rompió en vivo su carnet de socio gritando desaforadamente “a comerlaaaa”. Mirtha Legrand fue proclamada presidente del club en una asamblea extraordinaria, y designó al Chanchi Estévez y al Pepe Chatruc como sus funcionarios más cercanos.
Pese a la prometedora directiva, los resultados no se revirtieron en ningún rubro. Deportivamente, la permanencia de Racing estaba tan comprometida que La Nueva Seguros se convirtió en el nuevo sponsor. En el plano institucional, la conducción de Mirtha Legrand no trajo suerte: no dejaba hablar a nadie, el público no se renovaba, el club estaba en bancarrota y hasta Leiva Joyas había abandonado el patrocinio de la diva de los almuerzos. Los del Rojo pudieron descansar de las burlas e incluso vengarse, publicando divertidos videos que protagonizaba “El fantasma de la B-lanquiceleste S.A.”.
El descenso en 2015 estaba cantado, y el equipo seguía sin hacer pie. La llegada a la B Nacional no fue muy auspiciosa tampoco, ya que en la tercera fecha cayó derrotado en el clásico de Avellaneda. Independiente lo goleó por 7 a 0, y como si fuera poco, Gimnasia presentó ante la justicia una denuncia por plagio contra Racing. La Academia transitó el Nacional dando lástima, y descendió a la Primera B con catorce fechas de anticipación. La presidente Legrand presentó la renuncia, enfurecida, al grito de “demasiado esfuerzo hago, carajo, mierda”.
Racing estaba en caída libre. Guillermo Andino, acostumbrado a dar noticias de asesinatos en televisión, era el candidato ideal para capear el temporal sin que se le moviera el jopo, pero no quiso involucrarse ya que las pésimas noticias en el club “superaban la realidad”. El actor Alberto Martín estuvo a punto de tomar el mando, pero debió reemplazar en la gobernación de Córdoba a José De la Sota sin que el pueblo lo notara, cuando éste murió por sobredosis de spray para el pelo. Nadie quería agarrar las riendas de Racing que, sin alternativa, debió autogobernarse hasta 2017. Úbeda intentó hacerse cargo, pero los socios lo recibieron con rabia: el día que asumió le arrojaron un redoblante que lo impactó en la nariz, lo que provocó la rotura del instrumento musical y el enojo de Claudio, que automáticamente presentó la renuncia. La gestión del ex defensor sería recordada por haber obtenido el récord de menos horas en el cargo de presidente, batiendo a Rodríguez Saá en su paso por la Rosada en 2001.
La salvación llegaría de la mano del Estado. El Ministro del Interior y reconocido hincha de Racing, Máximo Kirchner, decidió estatizar el club y salvarlo de la desaparición. Pero el paso a la órbita pública trajo aparejado algunos cambios. El Gobierno, siguiendo su línea nacional y popular, decidió traducir su nombre al castellano. Dejó de ser Racing, para pasar a llamarse “Carreras”. El equipo estaba conformado por jugadores argentinos, para fomentar la industria nacional. Y Tula se convirtió automáticamente en el jefe de la Guardia Imperial. El equipo seguía sin conseguir buenos resultados y ni el INDEC pudo mejorar el promedio de la institución. Pero la llegada de Macri a la presidencia en 2019 precipitó el cierre de todo lo que pertenecía al Estado, incluyendo Carreras Club de Avellaneda.
Hoy, luego de dos años de ostracismo, la AFA decidió volver a darle vida a la sufrida institución del sur del Gran Buenos Aires. Desde Un Metro Adelantado le deseamos mucha suerte en esta nueva etapa.
ADELANTADO DEL TIEMPO
