En
la actualidad se trata de incentivar el juego limpio, las buenas acciones, el
compañerismo y el respeto entre colegas, entre otras cosas y lo único que se
consigue es que cada vez existan más mañas, menos compañerismo y una gran
cantidad de jugadores “mala leche”.
Se
busca facilitar todo, desde poner siete alcanza pelotas, hasta ver desde 73 cámaras
si en una jugada hay penal o no, de todas formas si el local se pone en ventaja
desaparecen las pelotas al instante o si hay un penal mal cobrado, nunca jamás
se va a ver a un jugador diciendo que no fue foul.
Se
para el juego cuando un jugador esta “golpeado”, pero si el mismo puede sacar
ventaja en la siguiente jugada, no lo duda ni un segundo. Es impresionante como
al primer contacto quedan muertos en el suelo, sea Elizari, un jugador de
Central o de cualquier equipo, porque de eso no queda exento nadie. Todos
simulan, todos son ventajeros y si hay un jugador tirado en el piso simulando,
al instante se va a ver a todos sus compañeros pidiendo a los gritos que el
rival tire la pelota afuera. Lo más llamativo es que de estar casi muertos en
el suelo, a los 12 segundos vuelven a la cancha como nuevos y con ganas de
sacar ventaja como sea.
Este
deporte que continuamente trata de ser más “leal”, está cada vez más viciado y
lleno de MARICONES, SI MARICONES, que ante una injusticia salen a llorar a
cámara, pero cuando pueden sacar ventaja se quedan calladitos y aprovechan su
chance.
Y
ojo que esto pasa en todo el mundo, pero en Argentina es aún peor ya que
tenemos el agregado de la famosa “viveza criolla” y por eso estamos como estamos, porque esto no
es solo de los jugadores, también están incluidos técnicos y dirigentes.
Tan
vivos que nos creemos y tenemos al presidente más corrupto en la historia del
fútbol, que hace 40 años, si aunque parezca mentira hace 40 años que está
manejando todo a su antojo y nadie dice nada, total ya estamos acostumbrados a
que nos bastardeen en la cara.
Se
utiliza un formato de promedio que te permite ser el peor equipo de una
temporada y aun así tener la chance de seguir en primera. En Argentina si, solo
en Argentina hay un campeón en un torneo que dura 4 meses. En ese mismo país se
utiliza un formato de único torneo por temporada en todas las categorías de
AFA, menos en la primera división, una barbaridad por donde se lo mire.
Las transmisiones de los partidos son
deplorables, un asqueroso lavado cerebral que mezcla política con fútbol. Nos
toca soportar a un viejo gaga como Araujo que nos inunda con su pelotudez continua, o al
forro de Julio Ricardo que se confunde a Olimpo con el Olympiacos de Gracia y
esto tampoco parece que está mal, porque nos acostumbramos a que se haga todo
mal.
Los
jugadores van a seguir simulando, porque saben que si están tirados en el suelo
el rival la debe tirar afuera por el “fair play” ¿Qué mierda es eso?
Cuando
dejen de tirar la pelota afuera se van a tener que levantar porque van a dejar
a su equipo con un menos en la jugada y si realmente están lesionados, piden el
cambio y punto. Terminemos con esto de la falsa caridad.
Esta
nota va más allá del pésimo rendimiento futbolístico de Central, arbitral de
Delfino o humano de Elizari, esta nota busca reflejar en la mierda que se está
transformando este hermoso deporte y como nos acostumbramos a que las cosas se
hagan mal sin decir nada.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO CANALLA