NOVEDADES

20 agosto 2013

IMPRESENTABLE


20 agosto 2013

Después de haber soportado durante más de noventa minutos este bochorno que fue Racing ante el equipo de Victoria pocos ánimos me quedan para intentar escribir una nota sin despacharme con alguna puteada. Pues este boleto que auguraba un crucero con destino lejano aparenta haber caducado en la tercera estación. Peor aún, parece un descarrilamiento causado por algún atentado terrorista. Y cuando, cabizbajos, nos bajamos del tren nos encontramos en medio de la nada, en un páramo desierto, desconocido.

Podría citar frases hechas: “Dime con quién andas y te diré quién eres (o en qué te conviertes” “La manzana podrida pudre todo el cesto” etc. También podría hurgar en algún vericueto interno-político desconocido o endilgarle culpas al pésimo arbitraje que permitió la pierna fuerte contra los pibes. No obstante, lo cierto es que la academia fue, nuevamente, la acá-anemia del error y el desconcierto. Calificar con un aplazo es quedarse corto; aun el cero por el ausente.

Sin Zucculini, el equipo sufrió una fractura en la espina dorsal y quedó cuadripléjico. Nunca hubo laterales, luego desapareció Ortiz y arrastró a Cahais. Ahora, tampoco hay medio y el chino Saja parece haber tirado la toalla, víctima de una enfermedad virulenta llamada caos. Y creo que nadie se salva deste cortocircuito que convirtió al team en desalmados entes autárquicos que deambulan por el campo de juego.  Y la frutilla del postre, el tiro del final, el remate del harakiri, fue el eufórico y rencoroso gol de Sand. Quien, antes de comenzar el partido, se cansó de repartir besos y abrazos y, luego, de refregar y escupir su revancha en la cara de los ex compañeros. En fin…

¿Cómo se revierte esto? ¿Con trabajo? Realmente, me tiene harto escuchar que todos los problemas futboleros se corrigen con trabajo y más trabajo. Según los empresarios exitosos el secreto reside en dos palabras: dirección y voluntad. Y este Racing carece de ambas. En contraposición, podríamos citar a los modestos pero efectivos bichos colorados que golearon al cuervo con apenas un treinta y pico por ciento de posesión del balón. Sí, a los cuervos, esos “hijos” que nos pasaron por arriba.

De pronóstico reservado, y salvo alguna interna que desconocemos, todos los caminos conducen a Roma y el fusible siempre es el mismo. La obcecación de Zubeldía con determinados jugadores, que inexplicablemente continúan de titulares, terminará condenándolo. No me canso de reiterar: si un jugador juega mal varios partidos seguidos, la culpa es del técnico que insiste. Así ocurrió con Sand y Corvalán. Luís Zubeldía comenzó a desdecir y confabular contra sus propias ideas e intereses. Duda y se le nota durante el partido. Y las dudas generan derrotas. Derrotas de las que duelen. Que no se venden caras. Que son baratijas impresentables. 

Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ACADÉMICO 

Share This :
 

Top