A estos jugadores, dirigentes, cuerpo técnico, hinchas, empleados, y a todo Berisso... quién les va a poder hablar de amor si ellos mismos lo sintieron esa tarde, sí, el 25 de Mayo.
Mientras todos disfrutaban del locro en la casa de la abuela, en Berisso no se podía ni hablar. A las 13.02 empezó la guerra, por un lado los celestes locales y por otro lado los burros de Barracas Central que querían amargar al pueblo villero, pero para poder contarte esto, para intentar describir lo que pasaba, me fui hasta allá. No quedaba otra que estar ahí, ser un soldado más en pleno campo de batalla, en 173 entre 26 y 27, Estadio Genacio Sálice (anotá la dirección, no sea cosa que el año que viene tengas que venir de visita).
A los pocos minutos de comenzada la guerra, Martin Troncoso con más fe que Diego en el 86 contra Inglaterra, le ganaba a su marca y empujaba la redonda contra la red, para que 4000 gargantas se afinaran en un solo grito, el grito de gol. ¡De qué planeta viniste, Martín!
Lo que siguió es anecdótico en cuanto a lo futbolístico, pero fue un claro reflejo de lo que fue este equipo todo el año, metió, corrió y cuando pudo jugó. De la misma forma que se llevó por delante a los grandes de la categoría: Platense, Chacarita, Atlanta, Estudiantes de Caseros.
Siendo las 14.57 el árbitro daba por finalizado el partido y el sueño se convertía en realidad…
Señores de pie, hay que aplaudir, acá tienen al nuevo campeón de la Primera B Metropolitana, dejémonos de joder con River y Boca, ma qué Barcelona. Cuando nadie lo tenía en la lista, la Villa se ganó su lugar en la “B” Nacional, estos pibes demostraron que con trabajo y humildad se puede. Rezza encontró a su Messi en Vegetti, la carta de gol que necesitaba; bancó a “Tarzan” Slezack, que hizo las veces de Puyol; convirtió a su capitán, el “Pollo” Raverta, en un asesino a sueldo; Coloca se traformó en una especie de Valdés pero pobre; y en el medio Nacho Oroná se disfrazó de Iniesta y fue el equilibrio del equipo; mientras que Rancez y Sommariva, interesantes imitaciones de Xavi y Fábregas, fueron quienes rompieron el molde para desarmar las defensas rivales.
Sin grandes nombres pero con mucho hambre, los de Berisso se convirtieron en la cenicienta de la categoría, la metáfora es fácil o no conoces el cuento de la cenicienta...
¡¡¡GRITALO VILLERO, SOS DEL NACIONAL!!!
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO VILLERO