Sigo sin entender el partido que se perdió, estoy desconcertado y realmente no encaja. No encaja porque Quilmes lo tenía ganado, la había embocado y venía manejando el cotejo, pero por errores de inferiores, lo dejó escapar. Bah, creo. No sé si será así, pero personalmente siento que los muchachos de Boedo, o del Bajo Flores, o de Almagro, o del Vaticano o vaya uno a saber de qué barrio; mejor no me la complico y digo que los de San Lorenzo y listo, nos dijeron "che, no tenemos ganas de laburar hoy; gánennos ustedes los 3 puntos y después nos avisan". Y nosotros, como buenos anfitriones, les hicimos la gamba.
Que fuiste protagonista, llevaste peligro y tuviste momentos de lindo fútbol y toqueteo, o que la visita propuso poco y se salvó bastante, es anecdótico, porque las reglas dicen que gana el que la clava más. ¿No fue mucho? Capaz. ¿Importa? Para nada.
Ahora entonces, mirá un poquito para adentro y ponete a pensar lo siguiente: si perdiste habiendo sido mejor, la culpa es muy tuya también. Preguntate si querés, ¿por qué? Simple. Porque diste la imagen de conjunto que se sentía cómodo con lo que tenía, incluso perdiendo, y jugaste como si hubieras estado goleando con una paz que un equipo en tu situación no se puede permitir. Qué categoría y tranquilidad, en todo momento parecía que tu gol iba a llegar pero no lo querías hacer, como cuando te da cosa humillar a un rival destruido. La macana es que te equivocaste de obra, y mientras vos estabas en el teatro, te vaciaron la casa.
¿Y qué pasó? Explíquenme por favor por qué el equipo que mejor jugó y más llegó, perdió. Ah, sí… por no cerrar la boca y dejarse sacar el bocado del buche.
Por lo menos, así lo siento yo.
ADELANTADO CERVECERO - @adrian28qac