Vergüenza, repudio, indignación, sentimientos que surgen ante la realización de un partido que jamás tendría que haber tenido lugar, que no tendría que haber existido.
¿Responsables? Todos y nadie. Y nadie no porque no haya culpables, sino porque se cubren entre ellos y "todo pasa" como dice el dueño del circo. La AFA y el gobierno le dieron la espalda a la mayor tragedia natural que sufrió la ciudad en su historia y al sufrimiento de miles de platenses.
Sumado a la insólita realización del partido hubo que soportar comentarios repudiables de periodistas como "la gente no se acercó por lo incómodo del horario" o " el show debe continuar". No señores, el show debe terminar por respeto y solidaridad.
Lo que pasó en La Plata fue y es un desastre. Cientos perdieron todo y 51 personas perdieron la vida, aunque sabemos todos que a esa cifra hay que multiplicarla. En oposición a la mediocridad y desidia de los que deciden, la solidaridad del pueblo fue conmovedora, miles de manos se hicieron presentes para levantar a una ciudad en la cual reina la tristeza y la desolación.
Será el pueblo de nuevo el encargado de seguir tendiendo la mano cuando los flashes pasen y la noticia ya no sea noticia. Por mucho tiempo la gente seguirá necesitando de todos para levantarse y empezar de nuevo.
Mientras tanto, solidaridad, respeto y memoria. Fuerza La Plata.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TRIPERO