Si no podés meter el gol en el otro arco, al menos asegurá el cero en el tuyo… pero eso no ocurrió. Newell’s no pudo hacer nada en un segundo tiempo de sorpresa y malos tragos. Jugamos mal, y derrotas como estas llenan a uno de especulaciones e hipótesis acerca de lo que fue, lo que es y lo que vendrá. La realidad es que, por lo pronto, estamos peleando en todos los frentes, y no podemos dejar de pensar que un tropezón no es caída en lo absoluto, pero este error deberá servir para trabajar, entrenar y corregir.
La primera conclusión a la que llego es que nos cuesta mucho jugar contra equipos que se dedican a romper nuestro sistema de juego. River había sido bastante mezquino hace un par de fechas, pero lo de Colón fue impresionante, pues a mí me sorprendió ver a un equipo negarse tanto a jugar como el Sabalero. Fue un esquema de ocho jugadores detrás de la línea de tres cuartos, sin presión siquiera en el mediocampo, dejando toda la iniciativa a Newell’s y cortando la posibilidad de pase entre líneas. Esto nos perjudicó mucho porque nuestro juego aéreo en ofensiva es prácticamente inexistente, muy tímido como para vulnerar a una defensa tan numerosa y con buen rendimiento como la sabalera, y por abajo era una osadía llegar al arco.
No obstante, el partido dependía de nosotros y allí es donde fallamos, no encontramos los caminos al gol. Quedamos en un laberinto sin salida al arco rival, perdimos la conexión entre los mediocampistas y los atacantes. Urruti fue un poste, lo más inmóvil que yo haya visto últimamente, y por lo tanto, improductivo. Se espera de él mucho más juego asociado y sorpresa, y todo ello quedó al desnudo cuando entró Nacho en el segundo tiempo, y demostró en tres o cuatro jugadas que su movilidad podía desconcertar a la defensa rival. El gol de Orzán, la figura leprosa, llegó por abajo gracias a una genialidad de Nacho, única manera de romper el esquema. Muñoz fue otro improductivo, esperábamos de él desequilibrio por las bandas, pero nunca logró conectarse con el equipo y no gravitó jamás. Tonso, por su parte, tuvo movilidad y ganas, pero le faltó (al igual que a Muñoz) entrar en conexión con los demás... no todo es gambeta para adelante, a veces hay que buscar alguna pared.
El ataque fue preocupante, pero la defensa fue un dolor de huevos. Heinze alternó buenas con muy malas, al igual que Ortiz, pero Beloso… ¡alternó malas con muy malas! Más allá del mal rendimiento del pibe (aclaro que todavía confío en él), hablo tanto de él como de Ortiz, aunque este último ya había jugado muy bien contra Belgrano, por ejemplo. Díaz no pasó nunca al ataque para hacer el dos-uno por el costado izquierdo, por lo que le sacó una alternativa de jugada a Tonso, y por su lado llegaron las situaciones más claras de Colón. Por último, Peratta no estuvo muy seguro, pero no puedo aseverar que los goles lo hayan tenido como responsable principal.
Concluyo con una especie de reflexión: Tener la pelota no sirve si no se genera juego asociado. Estuvimos tan flojos en esa materia que algunas jugadas las tuvo que terminar Mateo. No sirve estar atado a un solo camino al gol y esto es algo que lo vengo repitiendo en algunas notas. Cuantos más caminos, mejor. Newell’s perdió este fin de semana contra Colón porque no pudo salir del laberinto en el cual fue encerrado por el esquema sabalero, y porque en el fondo se dieron muchas ventajas. Espero que los jugadores alternativos mejoren su rendimiento y corrijan estos errores… ¡y lo mismo para Lucas y el Gringo!, quienes no tuvieron un buen partido y podrían ser titulares tranquilamente. Espero sus comentarios, gracias.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO LEPROSO - @luchozzi
