Un día pasó
lo que tenía que pasar. Se acabó el crédito, el equipo se endeudó con su juego
y tocó pagar caras las cuentas que se fueron acumulando; caímos en un déficit
actitudinal y futbolístico preocupante, y los números empezaron a tocar el límite
rojo. Entre las lesiones y los resultados que se nos escaparon en fechas
anteriores, se apagó esa potencia abrumadora que acompañaba al grupo en los
inicios del torneo, el ánimo flaqueó, y si le sumamos los inentendibles
caprichos del técnico que salieron a la luz en el armado de los 11 de las
última presentaciones, estamos hechos. ¿Por qué Serrano? ¿Por qué Diz?
Fuimos a Córdoba
con la obligación de ganar y nos tuvimos que volver pidiendo que no nos hicieran
más goles. Todos sabemos que Belgrano es durísimo, no casualmente tiene un
promedio excelente, tiene las cosas claras y lo hace valer. Antes de los 10
minutos de partido, Martínez intentó una de las suyas, como siempre, y como
suele pasar le salió mal pero esta vez no tuvo la suerte de zafar. Tratar de
tirar un caño siendo último hombre, no se hace. Ese pifie se convirtió en el 1
a 0, robo perfecto del jugador pirata, pique rápido y definición justa en el
mano a mano. Al ratito nomás, golazo enorme de afuera del área, nada que
reclamarle a nadie, así como se dio vuelta al recibir, tiró un bombazo tremendo.
Estuvimos cerca de descontar, pero Olave sacó del ángulo un gran tiro de
Elizari que era el único que metía algo de miedo.
Segundo
tiempo, el equipo salió sin cambios y trató de buscar a lo pavote. De
casualidad ganó un tiro de esquina, que no usó sino para aplicar una vieja
premisa del fútbol: corner mal tirado, gol cantado. Contraataque y 3 a 0.
Tuvimos que estar en la lona para que el testarudo entrenador pusiera a
Cauteruccio más de 10 minutos. Entró a los 20 por Oberman, ficha por ficha,
cambio amarrete, y así y todo en un ratito ya complicó. Recién ahí Quilmes
empezó a generar un poco de peligro, el jugador charrúa fabricó una jugada que
terminó en gol mal anulado por supuesto offside del apático Diz, que definió
horrible pero al menos una vez estuvo bien ubicado. El error no hizo al
resultado, aunque hubiera valido, el partido era inempatable. Lo único
rescatable de esto es que Serrano se hizo expulsar por nerviosito, igual que
hizo en cancha de Racing, cosa que no sorprendió y trajo la tranquilidad de saber que la próxima fecha no juega.
Hay que
prepararse para la semana que viene, a ver si contra Estudiantes se “pincha”
este malísimo momento.
Por lo
menos así lo siento yo.
ADELANTADO
CERVECERO - @adrian28qac