La tranquilidad y la buena racha duraron apenas dos semanitas, dos partidos. Un ratito, un suspiro. Volvió el flojo rendimiento y, por lo tanto, regresaron los fantasmas.
Ahora bien, independientemente de las ganas y la ilusión, ¿era de confiar el nivel de juego en estos últimos catorce días? Quiero decir, ¿eran sustentables los seis puntos obtenidos con el paso del tiempo?
Francamente considero que la mayor causa y el más importante motor reconocible frente a Vélez y Racing fue pura y exclusivamente la cuestión anímica, el empuje psicológico, y no tanto el juego propiamente dicho.
Contra el Fortín, las asociaciones, el ataque, y una nítida idea o identidad brillaron por su ausencia. Tras la expulsión de Velázquez, y visitando en Liniers a uno de los mejores equipos del país (sino el mejor), se destacaron jugadores como Vargas, Ferreyra y Mancuello más por su garra y esfuerzo que por tocar entre sí o lanzas precisos cambios de frente.
Ante la Academia la situación fue similar, la motivación y el amor propio fueron protagonistas. Claro que en esta ocasión con un poco más de fútbol, principalmente en los pies de Miranda, Fredes y Montenegro, en menor medida. ¿Pero quién fue la figura? Fabián Vargas, el que corre, el que pone, el equilibrio. Ningún negado con los pies, pero lejos está de la zona de creación, de definición.
Entonces, con escasísimo juego aceitado y puras ganas y emoción, ¿no era esperable que la racha iba a durar poco? Creo que lo buenos momentos se sostienen con una idea clara, sólida y firme, no con destellos de ímpetu.
Con Arsenal, el Rojo volvió al pasado. Regresó a ser ese conjunto antipático, gris y aburrido al que Américo Gallego no le encuentra la vuelta.
Se vienen encuentros definitorios. Quiero ver a Independiente jugar a algo, quiero ver un Rojo que juegue al fùtbol, que ataque y que sea confiable, más allá de un par de partidos. Con huevos ganamos uno o dos cotejos, pero nos salvamos del descenso con juego, con fútbol. Esperemos que al Tolo no se le haga tarde...
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO ROJO