Muchos y muchas me preguntan, fecha a fecha por qué seguimos alentando a UNION, más allá de los resultados, las rachas adversas, los errores dirigenciales, la bronca posterior a los resultados desfavorables, etc. Esta fecha no fue la excepción, y no me basta con decir ¨la pasión no se explica, se siente¨ ya que suena a muletilla fácil.
Creo que tengo un principio de respuesta. Y es el vínculo que me une a los colores. Una persona sabia me dijo que uno como persona tiene que honrar los vínculos si están basados en pasiones, aceptarse en primera medida y vivir intensamente estas pasiones. Toda una pavada, ¿no? Parece tan fácil, tan simple, y tan expeditivo. Y así vivo mi vínculo con los colores. Haciendo lo que tengo que hacer, que es alentar. Lo que me mantiene vivo. Lo que me completa semana a semana. Lo que me permite emitir esta devolución de cada partido que juegue el primer equipo al que le toca la enorme responsabilidad de defender mis pasiones.
Y en este contexto me permite ¨perdonar¨ la falta de manos de Perafán, ésta y otras mil veces, porque defiende mis colores. Me permite la esperanza en cada pelota dividida, porque en cada una voy yo con el corazón trasportado junto al picapiedras que defiende mis colores. Me habilita a gritar con el alma un gol (importa poco si lo hace uno, otro o es en contra) porque es eso, un gol que me permite explotar de alegría, aunque sea sólo un descuento. Un gol de UNION. ¿Hay algo más lindo? Me permite también sentir que cada gol o jugada en contra es intencional hacia mi persona, me habilita a sentirme defraudado, irracional, pero después prevalece el vínculo de amor por los colores. Amor, la palabra justa. Amo a este club, más allá e incluso en condiciones de igualdad con otros amores, para los cuales quizás no soy tan incondicional, o hiero sin pensar, o por no obrar.
Otra persona me dijo alguna vez ¨tus amores de verdad son incondicionales¨ y así soy con UNION, incondicional. Poco importa que ganemos, perdamos o cómo el fin de semana empatemos por la falta de profundidad de los jugadores. Los jugadores para mí no son todo. Yo aliento por UNION. Ellos defienden eso. Y yo aliento incondicionalmente, ¨olvidando¨ ex profeso todo dato negativo y real. ¿Estamos últimos? Poco importa. Juega UNION. ¿Estamos en el fondo del descenso? No importa. A mi sentimiento no lo modifica una ni mil letras. ¿No ganamos? El fútbol siempre da revancha. Mi pasión sigue intacta. ¿Parece imposible? NO, mi pasión dicta que no. Cada partido es la final de la copa del mundo.
Amado UNION, no ganaste. No importa. La fecha que viene ahí estaré. Pegado a la radio/pantalla/celular/internet, o en una tribuna/platea/donde sea. Viviendo mi pasión. Porque es lo que soy. Un hincha. Donde debo estar. Dándote mí aliento.
Si falté a tu confianza, alguna vez, sabrás que lo lamento profundamente en el alma. Pero apuesto a renovar fecha tras fecha el vínculo. A serte fiel, leal. Esto es, en definitiva, lo más importante. Y es lo que me mantiene vivo. Ahí estaré, no lo dudes, como estuve hasta ahora. Para vivenciar este amor que te siento. Lo demás, es puro cuento, encima repetido.
P.D.: Hablando del partido, de menor a mayor. Ahora dos de visitante, la esperanza sigue intacta.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO TATENGUE