NOVEDADES

07 marzo 2013

El escultor de los futbolistas


07 marzo 2013

Aquí estoy yo de nuevo, reportando las novedades del mundo europeo. Esta semana estuve abocado a conseguir la nota con Messi, creo que estoy más cerca. Esta vez fui directo al entrenamiento con mi carnet de periodista de 1mtrA me acredité y pasé. Dije que quería hacer una nota con Messi, me dijeron que no había problemas y me anotaron en una lista de espera. Mi turno llega nada más que en 2 años. Igual tengo un truco preparado: pedí una nota con el arquero suplente, que sale más rápido. Entonces me hago amigo, él me presenta al plantel y entro a la historia del periodismo deportivo por la puerta grande.

En la escuela de Araujo y Niembro, me enseñaron que, además de hacer lobby, a las noticias hay que salir a buscarlas. Que los giles se queden con la Champions, la Europa League, la Copa Argentina y esas cosas que cualquiera puede ver por ESPN, Fox Sports o PSN. Yo aproveché que tengo una tía en Brescia y fui para allá. Es que ahí vive nada menos que Livio Scarpella, el tipo al que Mario Balotelli le encargó una estatua de sí mismo. Y también está mi tía Alberta, a la que le di pena y me prestó plata para ir a visitarla.

En Brescia, al escultor lo conoce todo el mundo. Incluso mi tía, que me echó de casa cuando se enteró que no tenía efectivo para devolverle el dinero del pasaje. Por suerte ya me había hecho el contacto con Scarpella, así que fui a verlo.

El tipo me recibió en su casa. Abrió el portón y dijo: “Desde lo de Mario, sus colegas no paran de pedirme estatuas, es una cosa de locos. Fijate esta otra que me encargó Cristiano Ronaldo”. Scarpella fue hacia una esquina y descubrió un bulto enorme: debajo había un yeso gigantesco de Ronaldo haciéndose lustrar los botines por un Messi joven y pobre, que desde el llano lo miraba con admiración. “Está obsesionado con que a él lo haga de oro y al argentino de plata” me confesó en un perfecto castellano. Luego me mostró un yeso de Gabriel Milito (“en silla de ruedas, saliendo del hospital, como a él le gusta”) y una extraña figura en madera del Cuchu Cambiasso (“me pidió que lo haga viril, está difícil”). Entonces hizo como un gesto solemne. Respiró y metiéndole suspenso dijo: “la más cara es esta que me encargaron hace dos días...”. Caminó unos pasos y tiró de una sábana gigante. Ante mis ojos vi aparecer un culo de oro, de unos 5 metros de diámetro. “Me lo encargó un muchacho de tu país también, se llama Maxi López. Me pidió que captara sus principales virtudes. Entiendo que se refería a esto…”. 

No sé por qué, pero por las dudas decidí tocarlo, fuerte, con ambas manos, y pedirle ayuda para volver a casa, es que no tenía un peso. Se me ocurrió que quizás me traía suerte a mí también. Después, Scarpella me pidió que termináramos la nota porque estaba apurado por ir a Roma. Se ve que le caí bien, porque me llevó en auto hasta ahí, donde me pude colar en un tren que iba a Madrid. Ahí conocí a un tipo que prometió llevarme a Barcelona. Yo era escéptico, pero con estas cosas es así: creer o reventar. ¡Hasta la próxima entrega!

ADELANTADO INTERNACIONAL
Share This :
 

Top