9 DE ENERO DE 2021. En el día de ayer se dio a conocer la gran noticia, Juan Román Riquelme vuelve a Boca. Después de 8 años y con 42 primaveras encima, el jugador finalmente dio el sí y se pondrá la camiseta Xeneize para retirarse en el club de sus amores.
Repasemos la carrera de Román en sus años lejos del club de la Ribera.
En el 2013, y después de negarse a jugar en el Boca de Bianchi, Román firmó con el Kayserispor de Turquía para cumplir un viejo desafío: enseñarle a jugar a Mouche. El Diez estuvo 2 años y medio para lograr dicho cometido pero no pudo. Las dificultades que presentaba Pablito no sólo eran con respecto al juego, sino que se fueron trasladando hacia otras funciones elementales. Tal es así, que de un día para otro empezó a hablar gangoso, se empezó a mear en los entrenamientos y empezó a perder la visión hasta no ver más allá de 2 metros. Aunque esto último dicen que no era nuevo, era un problema que ya arrastraba de su etapa en Boca.
En el 2015 jugó un año en el Spartak de Moscú donde tuvo una labor brillante. Su condición natural de pecho fresco le permitió tener una rápida adaptación a las bajas temperaturas rusas, llevando al equipo a ganar la Copa "капитализм плох" (el capitalismo se va a la puta que los parió), contra un grupo de osos polares que venían invictos. Cuando se dio cuenta de que eso no era fútbol, y que su vida no era lo mismo estando tan lejos de su madre, decidió volver a Argentina.
En el 2016 se incorporó al relanzamiento del viejo y conocido Showball. En los dos años que estuvo, Román se terminó de ganar el odio del resto del público que le faltaba. Se ve que una modalidad caracterizada por la rapidez, la audacia y los movimientos violentos no era para él. Los partidos eran aburridísimos con Riquelme en cancha. Los compañeros quisieron integrarlo, pero llegó un momento que decidieron no pasarle más la pelota. Cuando el Diez se dio cuenta que tenía menos participación en el juego que Mancuso en el Show del Fútbol, entendió que era el momento de dar un paso al costado.
Ya en el 2018, decidió una vez más "parar la pelota" y se dedicó a los asados. Tanto es así que abrió un parrilla en Ruta 2, frente a Atalaya. "Parrilla Juan Román, hacé una pausa y comete un choripán" fue el pegadizo slogan que utilizó Riquelme para atraer al público. Pero la cosa se complicó, los pedidos tardaban mucho en salir. Si te confundías en el pedido ya no podías retractarte, porque ahí confiaban en la palabra, y no vendían gaseosas ni cervezas, sólo tenían mate.
Luego del fracaso gastronómico, el 10 decidió volver a hacer lo que sabe, jugar en Boca. Por eso, con sus 42 años y con más peleas encima que Maravilla Martínez, el ídolo xeneize vuelve a ponerse la azul y oro.
ADELANTADO DEL TIEMPO