En el fútbol se puede pasar de un invicto de casi todo un torneo, a no ganar en los últimos 4 partidos, de la noche a la mañana. Y ambas cosas son ciertas.
Da la sensación que, o los rivales nos encontraron la vuelta, o el rendimiento del equipo disminuyó. Me inclino a pensar por la segunda opción. Si bien hay algo cierto en que nos encontraron la manera de jugarnos, también existe algo de mala suerte: pelotas que antes entraban últimamente no lo hicieron. Se evidenció en estas últimas fechas la ¿repentina? Scocco-dependencia.
Los números hablan por sí solos: 9 de los 15 que hizo NOB los hizo Nacho). Nos faltó profundidad, nos faltó gol.
Más las lesiones de los referentes, la convocatoria a la Selección de 4 jugadores, etcétera, etcétera. De repente el día se hizo noche.
No hay que desesperarse, hicimos un campañón, máxime considerando de dónde arrancamos el torneo. Las perspectivas son buenas pero, por supuesto, da bronca. Mucha bronca. De los últimos 12 puntos, perdimos un montón totalmente ganables, incluyendo el último partido.
Hay jugadores que no me convencen, como Sperduti o Figueroa. El caso de Sperduti es más grave porque el Gordo perdió la explosión y velocidad que lo caracterizaba. No queda ni la sombra de lo que fue. Muchas veces no aporta ni en ataque ni en defensa. Y, sinceramente, no entiendo la exclusión de Urruti del equipo principal. Considerando que fue el goleador del equipo en el torneo previo y la falta de gol que tenemos, sigo sin entender su exclusión, en favor de, muchas veces, Sperduti. Y Muñoz me gusta, me gustaría ver un tridente ofensivo con Muñoz-Scocco y Urruti. Estaría bueno.
Habiendo digerido la derrota del domingo último, lo que queda es romper el maleficio de los últimos metros de la cancha, que es lo que le está faltando al equipo para poder alcanzar el objetivo eterno.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO LEPROSO
