Hoy quiero dedicarle estas humildes lineas a los pibes, sí, a los pibes que tantas veces pedimos y que tan pocas chances tienen.
Una catarata de lesiones y suspensiones le permitió a los chicos mostrarse un poco y ahí los vimos:
Erbes con su capacidad impresionante para robar pelotas, su inteligencia para ubicarse y una gran tranquilidad/precisión para entregar el balón y destrabar el juego en mitad de cancha como lo hizo el otro día improvisando una exquisita pared en la gran jugada del segundo gol.
Por derecha Pol Fernández que a simple vista parece flojito y hasta un poco amargo pero que demuestra partido a partido una calidad tremenda, una forma de llevar la pelota muy interesante y que además parece no acusar problemas para tirarse al piso.
A Paredes con sólo dos números alcanza para describirlo: 18. Sí, el pibe apenas tiene edad para manejar un auto y sin embargo no tiene problemas para conducir al equipo más grande del país. Pisa la pelota de una manera que cada vez que la acaricia con la suela da la sensación que le está rindiendo un homenaje a su ídolo Román, es armonioso y desfachatado a la vez, es lujoso, ¡juega a la pelotita señores!, tanto que hasta con el apellido te arma una jugada.
No porque ayer no hayan jugado me quiero olvidar de Sánchez Miño, Blandi, Gaona Lugo y Álvarez.
El problema que tenemos hasta diciembre es que el hombre que toma las decisiones volverá a darle la titularidad a Somoza por sobre Erbes. A Pol Fernández no se anima a tirarlo a la cancha en partidos importantes como pasó en el clásico. Durante 15 fechas creyó que el sucesor de Riquelme podía ser Pochi Chávez (eterno fracaso que ya acusa 26 años). Estuvo convencido que se podía jugar con dos delanteros de área y sin un sólo tipo para abrir la cancha. Entiende que Paredes puede jugar de volante izquierdo y que Sánchez Miño puede ser un buen lateral.
Los pibes piden pista, de una vez por todas es hora que dirigentes y cuerpo técnico se hagan cargo de esta realidad.
Por lo menos así lo siento yo.
ADELANTADO XENEIZE